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martes, 13 de noviembre de 2018

¿Qué hay en netflix? La Maldición de Hill House (crítica sin spoilers): Casas malditas y sus efectos secundarios

En uno de los trabajos más brillantes del año en la casa Netflix, la Maldición de Hill House es un trabajo de terror magnífico que envuelve un conmovedor drama familiar.

Fuente: Imdb.

Ficha técnica: 

  • Creador: Mike Flanagan
  • Dirección: Mike Flanagan 
  • Guion: Mike Flanagan, Shirley Jackson, Meredith Averill, Jeff Howard
  • Fotografía: Michael Fimognari
  • Montaje: Jim Flynn, Brian Jeremiah Smith, Ravi Subramanian
  • Música: The Newton Brothers.

Reparto: 

  • Michiel Huisman es Steven Crain.
  • Carla Gugino es Olivia Crain.
  • Timothy Hutton es Hugh Crain.
  • Elizabeth Reaser es Shirley Crain.
  • Oliver Jackson-Cohen es Luke Crain.
  • Kate Siegel es Theodora «Theo» Crain.
  • Victoria Pedretti es Eleanor «Nell» Crain.

Sinopsis: 

La historia sucede en dos momentos distintos; en el pasado, donde la familia Crain llega por primera vez a Hill House, donde empiezan a descubrir los misterios de la casa y 26 años después, en el presente, con los integrantes de la familia separados y confrontados por dichos sucesos, pero reunidos de vuelta por una tragedia familiar.

Netflix no para de poner el listón alto para el resto de las series y el gran trabajo hecho en la tenebrosa mansión dirigida por Mike Flanagan es toda una revolución en el género de las casas embrujadas y el terror en general.

Reiventando el terror

Funte: Imdb

Como poco antes visto, Hill House, adaptada libremente de la novela de 1955 de The Hauting of Hill House de Shirley Jackson, juega con una estructura quebrada para darnos sustos por partido doble. Es decir, la historia se construye desde el pasado, cuando la familia se muda recientemente a la casa y en el presente, donde los estragos de aquella vivencia siguen azotando sus vidas. Todo ello con un magnífico timing que no descuida ambos frentes narrativos.

Con aquel ir y venir temporal, el montaje perfecto de la serie -a cargo de Jim Flynn, Brian Jeremiah Smith y Ravi Subramanian- nos hila la trama con gran precisión, donde cada hecho tendrá consecuencias y la construcción en los primeros episodios es tan firme que esta introducción no esté exenta de grandes sustos, atribuidos a una construcción de Flanagan que con aquellos pasillos tenebrosos y el terror psicológico emula la efectividad de la mítica "El Resplandor" de Stanley Kubrick, en un formato televisivo que nada debe envidiar al cinematográfico.

La atmósfera, como dijimos, es asombrosa. Hill House es una mansión construida con la gran psicología de sus personajes, donde sumada a su gran producción, hacen que cada momento en la casa no sea de sustos, pero sí de una incomodidad máxima que al explotar con las apariciones sobrenaturales, lleva el terror a nuevas alturas nunca antes alcanzada. Si a esto sumamos los giros constantes que va tornando a la historia cada vez más tortuosa, uno no quiere perdérsela.

La familia, el centro de todo 



El gran éxito de Hill House reside en la gran construcción del drama familiar, con un reparto excelente y un guion que solo potencia sus propios efectos dramáticos hasta las últimas consecuencias. Como dijimos, en su primera etapa, los verdaderos demonios van saliendo al punto que estos se desatan en el sexto episodio, "Dos tormentas", donde en un uso asfixiante del plano secuencia, la crisis de la familia y el terror más efectista se fusionan para llevar a la serie a momentos únicos.

Desde este punto, Flanagan, desde el guion y la puesta en escena, trabaja más que nunca la gran construcción de los miedos y defectos de sus personajes para llevarlos al plano del terror más visceral y psicológico que se retiene por horas y no en unos simples jumpscares que se olvidan a la otra escena. El trabajo, por supuesto, cuenta con estos sustos tradicionales y escandalosos, pero es parte de un todo que encuentra su explicación en su brillante episodio final.

Es en él donde se conjuga todo lo que se hizo bien, para dar incluso en la tecla emocional con un final que arranca lágrimas tratándose, recordemos, de una serie que nos puso los pelos de punta por nueve episodios. Todo esto porque el punto nunca fue asustar, sino profundizar en los demonios personales de cada uno, que casualmente fueron a parar a una casa con un poco de magia para desatar los verdaderos espantos que existen: los que llevamos dentro.



Es cuando salimos de esta tenebrosa mansión, al tono de la gran banda sonora a cargo de los hermanos Newton, donde empezamos a digerir el macabro encanto de Hill House, que podrá vulnerable a los valientes y nos llevará a puntos de emoción que solo obras de altísimo nivel consiguen por el gran talento desplegado en, quizá, la mejor serie que pise Netflix en lo queda del año.

Calificación: 10/10.

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