Primero, confirma algo muy interesante. "La película sucederá en casa de los Warren" afirmó Gary Dauberman, lo cual genera altas expectativas de qué puede suceder -o qué pueden mejorar de la primera intervención de Annabelle en la casa Warren, que ya vimos en El Conjuro-. Aunque inmediatamente, lanza parte de la trama en general, que resulta, al menos, preocupante: "La muñeca se encuentra allí [el museo de objetos poseídos de los Warren] porque desde desde esa habitación no puede hacer nada, pero resulta que sí va a poder contaminar todo"
Preocupante no por las consecuencias que podría traer a la familia -de la que por cierto, no tenemos claro si aparecerán, ya que es un spin-off-, sino por la falta de ideas. Ese "Pero resulta que sí podrá" es un pero que abre puertas, pero creo que ya no somos tan estúpidos como para tragarnos algo tan absurdo como que "al final sí puede", solo para que hagan más dinero con la franquicia. Además, vale decir que el director es el guionista de esta y todas las películas derivadas de El Conjuro, que de por sí se encuentran a años luz de las originales, y si consideramos que él tuvo parte de la culpa, no hay que esperar demasiado de esta entrega.
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