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martes, 27 de noviembre de 2018

28° entrega de los Gotham Awards - Inicia el camino a los Óscar

Una nueva entrega de los premios que celebran el cine independiente en los Estados Unidos ha sido celebrada y con ello inicia una nueva temporada de premios a lo mejor del 2018.


El camino a los Óscar oficialmente inicia con los primeros premios que se entregan a finales de noviembre, los Gotham Awards, que celebró ayer su edición número 28, entregando premios a las mejores producciones de los estudios independientes -es decir, nada que ver con Disney o Fox- que estrenan películas atractivas durante el año y que logran enamorar en mayor o menor medida al público.

Sin ir demasiado a los detalles, la producción del estudio A24 se llevó el premio a mejor película con "El Jinete", un drama western basado en un vaquero que debe alejarse del mundo del rodeo. Ethan Hawke se llevó el premio a mejor actor por su papel en El Reverendo y Toni Collete por su participación en Hereditary -producciones en la que entraremos en detalles en estos días-. Vale decir que en los últimos años, producciones que han ganado este premio se han llevado el Óscar a Mejor Película como Birdman o Moonlight, además, la ganadora del año anterior llegó a las nomincaciones: Call me by your name. La lista completa, a continuación: 

 Mejor películaThe Rider (El Jinete), de Chloé Zhao  
 Mejor documentalHale County This Morning, This Evening, de RaMell Ross 
 Mejor dirección emergente (Premio Bingham Ray) – Bo Burnham por Eighth Grade  
 Mejor guionPaul Schrader por El reverendo (First Reformed)
 Mejor actor –  Ethan Hawke por El reverendo (First Reformed)
 Mejor actrizToni Collette por Hereditary 
 Premio especial del jurado al reparto de La favorita – Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz 
 Mejor actuación emergenteElsie Fisher por Eighth Grade 
 Premio del público –  Won’t You Be My Neighbor?, de Morgan Neville
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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Lo Mejor del 2018: Sin rastros, los hombres no son islas

Una historia que llega al corazón, unas actuaciones impecables de Ben Foster, Thomasin McKenzie y la mano contemplativa de Granik hacen una fantástica película sobre el autoabandono.
Fuente: Imdb


Sinopsis: 

Will es un veterano de Guerra con transtorno de estrés postraumático que vive en un parque forestal junto a su hija Tom. Un día, servicio social descubre a la familia y los obligan a vivir en la ciudad, hecho que complica la relación de ambos.


Ficha Técnica: 

Produción: Anne Harrison, Linda reisman, Anne Rosellini.
Dirección: Debra Granik.
Guion: Debra Granik, Anne Rosellini.
Basado en: Mi abandono de Peter Rock.
Musica: Dickon Hinchliffe.
Fotografía: Michael McDonough.
Edición: Jane rizzo.

Reparto: 

  • Ben Foster es Will, el padre de Tom.
  • Thomasin McKenzie es Tom, la hija de Will.
  • Jeff Kober es el Sr. Walters, dueño de una granja de árboles.
  • Dale Dickey es Dale, el líder del parque de casas rodantes.
  • Dana Millican es Jean Bauer, una trabajadora social.
  • Alyssa Lynn es Valerie.
  • Ryan Joiner es Tiffany.

Tráiler:



El hombre no ha sido creado para vivir en soledad. Ningún filósofo ha admitido tal juicio. Sí podremos ser egoístas, buenos, malos, arrojados a un mundo que no conocemos o enviados a descubrir que Dios ha dado al mundo, pero nunca se dijo que esto cada uno lo hace solo. Necesariamente, debe haber alguien para que nuestros actos cobren sentido. Ni siquiera hablamos de amor o salvar al mundo, sino un poco de conciencia sobre nuestra existencia.

Ahora ¿el aislamiento es una enfermedad o es la cura a tanta locura social? Una interesante pregunta que en Sin Rastros se nos presenta como la primera, aunque esta propuesta inicial nos habla de un tema mucho más profundo.

Sin rastros: Adaptarse es difícil

Fuente: Imdb
La historia de padre e hija que han vivido durante años, casi toda la vida si se quiere, aislados de una sociedad a la que recurre por medicamentos -que revende para subsistir- o por algunas cuestiones indispensables, rota por los servicios sociales y el cuidado del niño nos presenta el gran conflicto ¿un ermitaño realmente quiere instalarse en la sociedad? Y ante esta pregunta tenemos ambas opciones; en el confundido, acongojado y taciturno personaje de Ben Foster, tenemos los traumas justamente causados por la sociedad atroz y en el otro, la hija, a quien el amor de a su padre y la tan codiciada -pero normal- vida social le dividen el corazón.

El trabajo de Debra Granik, quien ya en "Lazos de Sangre" -Winter's Bone, 2010- con el aclamado debut de Jennifer Lawrence nos demostró su capacidad de contar magistralmente historias normales, usa un contemplativo trabajo de la cámara, ya sea en los paisajes o en las expresiones muy bien logradas de ambos protagonistas para que podamos centrarnos lo más que podamos en la trama.

El silencio, el aislamiento y la falta de interacción salvo con el familiar son quebradas por un ritmo que gracias al trabajo de Granik se nos muestra como un baldazo de agua fría y un contraste claro que genera dos cosas muy distintas, aceptación y rechazo. 

La sutileza dramática 

Fuente: Imdb
Leave No Trace cuenta con una historia verdaderamente desgarradora, sin embargo, tenemos un guion y una dirección que no abren de más las heridas de nuestros protagonistas, pero que por supuesto se encuentran latentes en cada momento de la película. El posible sensacionalismo y el festival de lágrimas se suprime en una historia, en un mundo reducido a los protagonistas y su interacción silente, donde las palabras escasean y el valor dramático de las acciones se realza.

Ben Foster hace un trabajo magistral como el padre abrumado por el servicio social, el trabajo con maquinaria y desesperado por la ausencia de su hija, mientras Mckenzie asimila una realidad impuesta y como, al final, esta no es la que necesite o quiera -pregunta que se hacen para definir prioridades-, porque al final, sobrevivir y vivir son dos cosas muy, pero muy diferentes.

Fuente: Imdb
El maravilloso trabajo de sonido y en el apartado musical ayudan a adentrarnos a esta atmósfera de subida de cerro que trae Leave No Trance, no sin este dejar de ser interesante. Granik sabe cómo hacer de una historia de aislamiento ni melancólica ni aburrida, sino una agradable experiencia de sensaciones que deja algo más al espectador al terminar el visionado.

Actuaciones fuertes, un guion sutil en tratamiento de un tema tan complicado y una dirección que afina los sentidos del espectador para poder disfrutarla al máximo, Leave No Trance no es una película para quien busca acción, pero sí para quien quiera una gran historia e interpretaciones tan reales que nos hacen olvidar que se trata de una ficción.

Calificación: 9,4/10.

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lunes, 19 de noviembre de 2018

Lo mejor del 2018: La Muerte de Stalin: Los "Correlí" de la Unión Soviética

Una crítica mordaz e hilarante de la mano de Armando Ianucci desconstruye de la forma más ácida los vicios y ridiculeces que el poder obliga a cometer.



Sinopsis: 

Apenas acaecida la muerte del dictador Iosif Stalin, el Comité de Ministros de la Unión Soviética organiza el gran funeral para el líder, mientras cada uno de ellos traza un plan para imponer sus nuevas ideas y objetivos en el incipiente gobierno sucesor.

Ficha Técnica: 

Producción: Yann Zenou, Laurent Zeitoun, Nicolas Duval Adassovsky, Kevin Loader.
Dirección: Armando Iannucci.
Guion: Armando Iannucci, David Schneider, Ian Martin.
Basada en: La mort de Staline de Fabien Nury y Thierry Robin.
Música: Chris Willis.
Fotografía: Zac Nicholson.
Montaje: Peter Lambert.

Reparto: 

  • Steve Buscemi como Nikita Jrushchov.
  • Simon Russell Beale como Lavrenti Beria.
  • Paddy Considine como camarada Andréyev.
  • Rupert Friend como Vasili Stalin.
  • Jason Isaacs como Gueorgui Zhúkov.
  • Michael Palin como Viacheslav Mólotov.
  • Andrea Riseborough como Svetlana Stálina.
  • Jeffrey Tambor como Gueorgui Malenkov.
  • Adrian Mcloughlin como Iósif Stalin.

Tráiler: 



El cine como arte y, ante todo, una disciplina donde el hombre es capaz de descargar sus conocimientos como mejor le plazca, es indispensable que este manifieste elementos que el espectador pueda comprender, porque de lo contrario, solo tendría sentido para uno mismo, sería una confidencia. Cuando el arte refleja el parecer del artista y expresa con claridad una idea que llega a quien lo observa, es cuando este llega a su más alto nivel estético.

Si la intención de Armando Ianucci en este film tan irreverente es la de demostrar la codicia y sus respectivas consecuencias, ha dado de lleno con esta comedia que no tiene miedo de reírse de una de las potencias más grandes que hayan existido.


La Muerte de Stalin: Graciocísima realidad

Fuente: Imdb.

Creo que lo mejor de una buena parodia o sátira es cuando esta puede llegar a ser verdad. Lo mejor -o lo peor- es que sobre los hechos que acontecieron a la muerte del gran líder -No digan que es spoiler, que está en el título-, sucedieron a grandes rasgos, de una forma muy parecida a la película, por supuesto, sin tantas situaciones cómicas de por medio. La posibilidad de poder sacarle el lado más sórdido de un hecho tan históricamente significativo.

Por supuesto que el humor no es algo que haya existido realmente en ese momento, pero sí ayuda a graficar con mucha agudeza la puja de poderes -como los políticos nuestros harían perfectamente- en caso de acefalía. La Muerte de Stalin no es menos que una gran burla a todos aquellos hombres enceguecidos de poder cuyos actos rozan lo inhumano.

La lealtad, el afecto de ciertas personas o incluso el respeto a la vida humana son cosas que vienen y van en la puja por el poder, y en donde Ianucci nos lleva de un lado a otro, como a sus personajes, por un camino muy sinuoso donde lo más importante es el qué y no el cómo.

Un reparto de primer nivel

Fuente: Imdb
El gran factor que consigue el efecto esperado de un gran guion escrito con muy cómicos diálogos es un elenco de primer nivel, que pese a su fallido o nulo acento ruso, nos brindan momentos más que hilarantes. Empezando por Buscemi, quien desde su papel lleva la historia o el magnífico trabajo de Beria, donde su estilo más flemático y calmado no carece de comicidad. El resto de quienes están, desde los hijos del propio Stalin hasta el nuevo líder de la URSS, llevan excepcionalmente la carga de la historia y los chistes a sus espaldas.

Pudiera resultar bastante fácil, pero lo cierto es que una película con tantos elementos, incluso de alto dramatismo -la masacre de personas, por ejemplo-, son puntos en donde el carisma de los actores puede llevarnos a esos lugares tan oscilantes entre la tragedia más pura y la comedia más absurda sin que sintamos los desniveles.

El final, por otra parte, mezcla fabulosamente la tensión que lleva tal momento con las risas que uno jamás esperaría de semejante momento. La música de Chris Willis es demasiado acertada en todos los momentos de contraste y el director, quien nos pone en un clímax digno de una película dramática de Spielberg, sin que sintamos una asfixia, más bien una sonrisa que no se diluye pese a la gravedad de las acciones.

Fuente: Imdb

La Muerte de Stalin tiene a su favor la experiencia que tenemos con nuestros políticos, capaces de hacer cada payasada por tener un poco más, mientras nosotros un poco menos. Con ello en mente, Ianucci se burla este egoísmo en un régimen nada perfecto, pero que no se aleja demasiado de las democracias tan aplaudidas por los teóricos. Nos puede encantar esta gran película porque llevan al cine lo que tranquilamente imaginamos todo que puede pasar en nuestro congreso en un juicio político.

Calificación: 8,9/10.

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