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viernes, 16 de noviembre de 2018

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald - Crítica: Una buena secuela que prepara todo para el final (Sin Spoilers)

"Los Crímenes de Grindelwald" pese a ser un preámbulo de lo que se vendrá en la siguiente entrega, tiene un producto satisfactorio digno de darle un visionado.


fuente: Imdb


Sinopsis: 

Meses después de ser apresado, Grindelwald es liberado y comienza a ganar poder y a apoderarse de nuevos adeptos a su causa, mientras que Newt Scamander es llamado por el mismo Albus Dumbledore para que combata con el mago tenebroso.

Ficha Técnica: 

Dirección: David Yates.
Producción: David Heyman, J. K. Rowling, Steve Kloves, Lionel Wigram.
Guion: J. K. Rowling.
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Philippe Rousselot.
Montaje: Mark Day.
Vestuario: Colleen Atwood.

Reparto:


  • Eddie Redmayne como Newt Scamander.
  • Katherine Waterston como Porpentina "Tina" Goldstein.
  • Alison Sudol como Queenie Goldstein.
  • Ezra Miller como Credence Barebone.
  • Dan Fogler como Jacob Kowalski.
  • Johnny Depp como Gellert Grindelwald.
  • Zoë Kravitz como Leta Lestrange.
  • Jude Law como Albus Dumbledore.
  • Callum Turner como Theseus Scamander.
  • Claudia Kim como Nagini.

J. K Rowling seguía expandiendo su mundo mágico con Animales Fantásticos y dónde encontrarlos, en el año 2016, sin embargo, aquella cinta introductoria poco nos daba de idea de lo que se vendría para continuar esta nueva saga, es en "Los Crímenes de Grindelwald" donde estas preguntas se responden, con cierta falencia narrativa que impide superar a su antecesora, pero que emociona al pensar en los resultados a posteriori.

Poniendo las cartas sobre la mesa

Fuente: Imdb

Lo que podemos objetar a esta cinta, dirigida por ya el hombre emblema en la dirección de la saga mágica, David Yates, es que la acción que se propone en sí la película nunca termina de cerrar. Las acciones se van dando sin que haya un giro realmente sustancioso para que digamos "acá se pone bueno todo", sino que ese punto es ni más ni menos que el desenlace de la película. En un clímax con poca formación desemboca todo lo mostrado, sin dejar, claro está, algunas dudas de ritmo.

Si vemos a esta secuela como parte de un todo - que es en realidad como hay que verla, al ser una saga-, y considerando la continuidad casi encadenada que existía en Harry Potter, no podemos dudar que en realidad la película sacrifica parte de un conflicto más trabajado en una presentación y construcción de los personajes, ya sean nuevos o viejos, donde el trabajo detallista en ellos se nota y es lo que toma gran parte de Los Crímenes de Grindelwald. Aquí, la gran versión de todo el elenco mantiene las expectativas a tope, encabezado por un Eddie Redmayne que parece ahora liderar con mayor soltura el reparto, aunque hombres como Johnny Depp en su gran papel del villano o el querido Jude Law siendo el querido Dumbledore no le van en zaga.

Fuente: Imdb
Tenemos pues, una cinta que pone las cartas sobre la mesa. En vez de solucionar todo en una cinta -con pronóstico reservado- de forma rápida, tenemos la "explicación" de todo lo que se vendrá en la dos, donde esperemos que las conversaciones sobre árboles genealógicos sean menores.

Un final interesante

Fuente: Imdb

No podemos objetar, sin embargo, el gran trabajo de Yates llevando la batuta por un ritmo mucho más lento del acostumbrado, donde, pese al inevitable tambaleo que le llevaría un guion tan denso de Rowling, que no se quitó el chip de novela para hacer cine, sí que logra sacar grandes momentos, siempre basándose en el vistoso trabajo de ambientación y efectos, que consigue toques exquisitos en la paleta de colores o de París o de Londres, casi con un estilo del cine noir, o ya sea de las nuevas y fascinantes criaturas que salen de la valija de Newt.

El tercer acto de la cinta es donde se sube la apuesta y la trama de tantos carriles narrativos se conjugan más que exitosamente en uno donde, aunque se podría hablar de una salida un tanto polémica -ya que estas son en teoría precuelas y dicho final no se menciona nunca en la saga del niño mago-, puede que debamos esperar a la tercera película de Animales Fantásticos para sacarnos las dudas de su credibilidad.

La gran cantidad de personajes puede dar la impresión que no terminaremos en una trilogía. Quizá se encuentra qué hilo estirar y se llegue a la tan mentada pentalogía, que puede ser contraproducente si debemos tener otra película de poca acción. Por tanto o tenemos un final por todo lo alto en Animales Fantásticos 3 o iremos hilando fino para llegar hasta ahí.

Conclusión: Aprobada



Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald pudo haber quedado a deber en el sentido "espectáculo", sin embargo, lo relatado junto al buen hacer del director, un reparto bastante cargado pero de gran nivel, donde en esta Eddie Redmayne siendo Newt Scamander se lució y donde Johnny Depp demostró una vez que con mucho maquillaje es capaz de robarse del show, y una calurosa bienvenida a un carismático Albus Dumbledore de la mano de un Jude Law que aunque aparezca poco, demuestra que no le temblará el pulso de reemplazar al entrañable Michael Gamble.

Es una cinta que dejará al gran fandom más que satisfecho por el gran despliegue argumental, una ampliación más profunda del universo Rowling y, claro, más hechicería, conjuros y fantasía de alta factura que de seguro tendrá a muchos esperando su continuación.

Calificación: 7,6/10.

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miércoles, 19 de septiembre de 2018

Romeo + Julieta: Amor de ayer, hoy y siempre

Con una dirección infatigable de Baz Luhrmann, un trabajo espectacular del elenco y un trabajo artístico formidable, hacen que esta atrevida reinvención del clásico de Shakespeare sea increíble.



Ficha técnica

Dirección: Baz Luhrmann.
Producción: Baz Luhrmann, Gabriella Martinelli.
Guion: Craig Pearce, Baz Luhrmann.
Basada en: Romeo y Julieta de William Shakespeare.
Música: Nellee Hooper, Marius de Vries (Compositores)
Craig Armstrong (Compositor, orquesta y director de orquesta)
Fotografía: Donald McAlpine.
Montaje: Jill Bilcock.
Duración: 120 minutos.
Nominado al Óscar: Mejor Dirección de Arte.

Reparto:

  • Leonardo DiCaprio como Romeo Montesco.
  • Claire Danes como Julieta Capuleto.
  • John Leguizamo como Tybalt Capulet.
  • Harold Perrineau como Mercutio Escalus.
  • Pete Postlethwaite como Fray Lorenzo.
  • Brian Dennehy y Christina Pickles como Ted y Caroline Montesco.
  • Paul Sorvino y Diane Venora como Fulgencio y Gloria Capuleto.
  • Paul Rudd como Dave Paris.
  • Vondie Curtis-Hall como el Príncipe de Verona.
  • Miriam Margolyes como la ama.

Sinopsis: 

Verona ¿Beach? Siglo XVI  1996. La familia de los Monstescos y los Capuletos son las familias más poderosas de la ciudad y los enemigos más feroces uno del otro, pero esto no será impedimento para que el joven Romeo Montesco intente desposar a Julieta, la hija de los capuletos.


Lo que hace a una obra artística universal, es su mensaje que traspasa barreras de idioma o culturas, pero una inolvidable es una que se sobreponga a los obstáculos del tiempo; una que llene el corazón y la mente siglo después como lo hizo, y de esas obras compañeros, hay muy pocas.

Afortunadamente, cuando aparecen el gozo es tremendo, y más aún cuando las volvemos a presenciar, permanece esa primera esencia que nos deleitó, como si fuese la primera vez, como si nunca la hubiéramos visto. Incluso, aquello inolvidable permanece aunque cambiemos mil cosas, en esta adaptación tan realista de Romeo y Julieta, que le da un giro tan alocado como necesario para comprobar su veracidad como obra perenne.

Odisea en la dirección 



Hay que alabar el titánico esfuerzo de Baz Luhrmann detrás de cámaras. No es fácil adaptar una obra de teatro manteniendo la esencia de las tablas, cosa que se complica aún más cuando tienes la loca idea de cambiar parte de la esencia. De la Verona del siglo XV pasamos a un sucio pueblo norteamericano de los decadentes 90, y el trabajo para no desanimarnos por tan aparente desatino, desaparece al percatarnos de lo visualmente atractivo que luce la película. No tenemos un nuevo escenario porque sí, lo tenemos por la vigencia de su obra y por la necesidad de confirmarlo en los tiempos nuestros. Luhrmann mantiene el fuego juvenil siglos después.

El ser del teatro exhuberante, opulento y barroco no se lo pasa por alto, dándonos planos increíblemente poco habituales o secuencias de altísimo dramatismo que tenemos la fuerza del teatro en nuestras pantallas. No presenciamos el hecho como si fuese un teatro, pero sí con el espíritu de este, que con poco se hace tanto. El director realza cada aspecto que puede de gran manera, para que sintamos o bien en la arrebatada banda sonora, o bien en el estilo antiguo de conversar esa magia indiscutible de este clásico de Shakespeare.

Por supuesto que tal trabajo resulta agotador. Es más, podemos decir que baja un poco la guardia en este sentido, dándonos un final más cinematográfico que con el espíritu teatral que se mantuvo. Eso sí, tiene la fuerza y el corazón que merece semejante clásico.


Actores y arte



Fantástico el trabajo de adaptación. No nos quedemos con que ver edificios y asfaltado es adaptar. Tenemos un rediseño total de lo que uno se podría encontrar de Shakespeare en una película más cercana al Club de la Pelea o Pulp Fiction en cuanto a estética, sin embargo, ese sentido dramático no se pierde entre la mugre y va a tono con la historia. Es un elemento más a favor de esta gran producción

Si hablamos del elenco, hay que hablar de un tal Leonardo DiCaprio que nos demostró un año antes de saltar a la fama con Titanic que no sería flor de un día. Una actuación digna del Tony y del Óscar, capaz de convencer en un papel tan juvenil como apasionado, lleno de impulsos y deseos. Ojalá pudiera decir lo mismo de Julieta, pero Claire Danes ofrece una actuación bastante pobre, no es capaz de llevarle el ritmo a su amado y queda que la otra parte de la pareja no responde y cuelga de Dicaprio. Podemos decir que Mercutio, interpetado por un sobresaliente Harold Perrinau, se lleva más aplausos y prestigio que Julieta.

El elenco, en términos generales, es estupendo. Salvo el punto débil en la protagonista, ya mencionamos el excelente papel de Perrinau, o el gran hacer de Pete Postlethwaite como el cura que une a la pareja prohibida. Responden al duro desafío de hablar mucho en pantalla y no aburrir, algo de lo que generalmente salen bien parados, pero en otras ocasiones, caemos en cuenta que deberían haberse quedado en un escenario y no frente a las cámaras.

Tenemos, en resumen, un clásico confirmándose como tal. Como película en sí, hay un gran trabajo técnico e intepretativo -salvo en Julieta, insisto- y una dirección digna de admirar, aunque en su esfuerzo de ser una película que supere sus propias limitaciones, ofrece quizá un trabajo que no agrade a los puristas o quien quisiese ver algo más "normal", pero que no agrade al purista literario que lo consideraría un crimen, porque por más estimulante que esta adaptación fuese, no tendrá el encanto necesario para superar a su convencional presentación.


Calificación: 8,5/10.
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martes, 18 de septiembre de 2018

Por la juventud... Juno: Porque a veces no es fácil madurar (reseña sin spoilers)

Con una Ellen Page que logra un magnífico papel y una por demás conmovedora, Juno es de aquellas películas que siempre queremos volver a ver.


Ficha técnica

Dirección: Jason Reitman.
Producción: John Malkovich, Lianne Halfon, Mason Novick, Russell Smith.
Diseño de producción: Steve Saklad.
Guion: Diablo Cody.
Música: Mateo Messina.
Fotografía: Eric Steelberg.
Montaje: Dana E. Glauberman.
Vestuario: Monique Prudhomme.

Reparto:

  • Ellen Page es Juno MacGuff.
  • Jennifer Garner es Vanessa Loring. 
  • Michael Cera es Paulie Bleeker.
  • Jason Bateman es Mark Loring.
  • Allison Janney es Bren MacGuff.
  • J.K. Simmons es Mac MacGuff.
  • Olivia Thirlby es Leah.


Sinopsis:

Juno MacGuff es una adolescente de 16 años que tras tener relaciones con su amigo Bleeker, termina embarazada. Ahora, deberá decidir qué hacer con este embarazo y con el hijo que viene en camino.

Siguiendo la temática de la juventud, hay un punto importante que siempre debemos pasar en este lapso de tiempo, que en realidad es uno de infección. Cuando somos capaces de asumir nuestras responsabilidades, de acometer nuevos emprendimientos o simplemente admitimos una situación personal que en otro momento no haríamos, estamos ante el hecho de madurar, que no siempre es fácil, en realidad, pero pasa tarde o temprano.

Un viaje (no tan) placentero



Y hablar de tarde o temprano es referirnos mejor a tarde, porque generalmente no ocurre muy pronto, y no le ocurrió a la joven Juno, interpretada por una excelente Ellen Page, adolescente desaliñada y reboltosa que en este total desconcierto de verse en la situación de ser madre, empieza a plantearse con una situación -lastimosamente- muy común en nuestro país: el embarazo juvenil. Por supuesto que el resultado de comparar allá con acá no resultaría y Los ámbitos son distintos, pero vale el caso.

Se nos plantea una especie de viaje del héroe, pero con un proceso de gestación ¿Se puede cambiar? Pues sí, y a nuestros protagonistas les lleva exactamente 9 meses hacerlo, empezando por el personaje de Page, que consigue llevarnos a empatizar con su situación y su personalidad que la comprometen constamente en este viaje que parece realizar sola. En las escenas finales, vemos como su objetivo, por medio de su cálida actuación.

Y si vamos al ejemplo de la pareja compuesta por Jennifer Garner y Jason Bateman, tenemos un caso más bien a la inversa. Como esta situación del madurar, no es solo una cuestión de edad, sino de espíritu. No resignarse en cuantos a sueños puede llevarnos a una involución, si se quiere, ante un hecho de esta envergadura. Madurar, como reza el título, no es fácil.

Una gran historia



Desde el lado de lo argumental tal vez sentimos que el camino de Juno es un poco más azucarado del que se supondría que tendría una chica de 16 años embarazada. Pero si apartamos esto, y nos centramos en la travesía más bien interna y de su grupo más cercano da bastante historia qué contar. De hecho, Jason Reitman nos da un trote, como a esos chicos del colegio, por distintas estaciones para llevarnos por el carrusel emocional que supone el embarazo, donde ya un especialmente tierno -y medio estúpido- Michael Cera, o la pareja Garner-Bateman o sus padres con un cariño tan peculiar, dan las suficientes versiones que necesitamos de esta crónica.

Reitman da en el punto de dotarlo de la "rebeldía" juvenil, y aunque tiene sus momentos inevitablemente románticos o emotivos, sí que tenemos el toque pueril que nos dan los jóvenes protagonistas que es una historia que se siente bastante real, porque no tiene nada de ficcionado el calvario anímico que resulta dar a luz a un hijo, más en estas circunstancias.

Entonces, este camino es particularmente duro -me refiero a madurar-, pero en algún punto todos llegamos a decisiones honestas y coherentes con nosotros mismos que nos dejan en el lugar donde debemos estar, que es un poco lo que pretendemos todos ¿verdad? Solo que aquí en Juno tenemos una visión un poco más común pero agitada de un hecho tan sencillo, pero contado de gran manera y que merece la pena el visionado para entenderlo.


Calificación: 8,7/10.
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lunes, 17 de septiembre de 2018

Por la juventud... Call me by your name: Porque todos tenemos un gran primer amor.

Con belleza cargada en la lente, un trabajo descomunal de los protagonistas y la delicadeza de Guadagnino nos regalan una preciosa joya al estilo europeo. 

Ficha técnica:

Dirección: Luca Guadagnino.
Producción: Luca Guadagnino, Emilie Georges, James Ivory, Marco Morabito.
Guion: James Ivory.
Basada en: Call Me by Your Name de André Aciman.
Música: Sufjan Stevens.
Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom.
Montaje: Walter Fasano.

Reparto:

  • Armie Hammer es Oliver.
  • Timothée Chalamet es Elio Perlman.
  • Michael Stuhlbarg es el Sr. Perlman.
  • Amira Casar es Annella Perlman.
  • Esther Garrel es Marzia.
  • Victoire Du Bois es Chiara.

Sinopsis: 

En alguna parte del norte de Italia en 1983. La vida del calmado y taciturno Elio Perlman se revoluciona totalmente con la llegada de Oliver, un estudiante universitario que ayuda a su padre con algunos trabajos de arqueología durante el verano.

Precioso trabajo del director


Un hombre que ha tenido trabajos referentes al deseo, parece que en Call Me By Your Name nos introduce en una forma de este, aunque en esta ocasión, la sensualidad que aborda es, como dijimos, de las estatuas que aparecen siempre en segundo plano en la película. En la simetría, en los planos tan bellamente medidos que nos van contando la maravillosa historia de amor de Oliver y Elio, que tiene un deseo inherente, pero que no supera al verdadero mensaje de la historia: el primer amor.

Se diría que lo de amor gay opaca todo esfuerzo de contar una historia para todo público, pero sería incurrir en una tremenda ignorancia. El contenido homosexual -entiéndase propaganda ideologizante- no existe. La verdad, que no importa en esta cinta si son hombres o mujeres, lo que importa es el amor, que Guadagnino encuentra una manera que, aunque no proceda de una manera ortodoxa, saque el mayor provecho emocional que se puede.

Los paisajes bellos, reforzados por un trabajo loable de Sayombhu Mukdeeprom en el rubro de la fotografía, nos da varias escenas donde el trabajo del director es introducirnos en esta fascinante historia de amor y llevarnos por medio de planos generalmente poco habituales como los generales, donde el suave ir y venir de la cámara va llevando la batuta en su misión de contar la historia.


Una química inmejorable



El gran guion de James Ivory -que no por nada se llevó el Óscar- está muy bien planteado, pero dependía del trabajo de los actores que esta historia llegue a lo que es y, afortunadamente, Chalamet y Hammer bordan actuaciones fenomenales en una química que no se podría mejorar bajo ningún aspecto. 

La arrogancia tan sutil y magnetismo de Hammer son solo superados por un trabajo tan lleno de matices y sentimientos que el de Thimothée Chalamet, quien es el foco de atención en la construcción del primer amor. Pasando por la típica intolerancia al otro, pasando por mejores afinidades hasta que finalmente se consuma el furtivo encuentro, que como dijimos, tiene una alta sensibilidad que sin ser cursis en ningún momento con frases nefastas y melosas, tenemos una conexión íntima entre ellos que casi siempre puede suplir a las palabras.

El resto del elenco es brillante, donde cada quien tiene un momento y que se consuma en esa bellísima charla padre-hijo que nos recuerda nuevamente que, aunque el tiempo parece no pasar enamorado, pasa, y este se puede ir y no volver. El primer amor, queda como eso y nada más. La emotividad que nos presentan es simplemente devastadora cuando ocurren las malas noticias como cautivante cuando todo es color de rosa.

Mi único pero sería en el tercer acto, donde la magia tan mencionada no soporta un tercer acto que a mi modo de ver, no tiene demasiado qué contar y aún así resulta muy extenso, a tal punto que el final no se siente final definitivo en primer instante, pero Chalamet nos ayuda a que aquel desfase se olvide ante su despedida bajo lágrimas.


En resumen, Call Me By Your Name es una película que nos recuerda que es tener mariposas en el estómago con un estilo tan hermoso que si le sumamos dos actores en gran nivel, tenemos una película que explora fibras sensibles de nuestro cuerpo sin que nos sintamos incómodos y hasta disfrutemos con Elio y Oliver esta flor de verano.


Calificación: 9,4/10.
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domingo, 16 de septiembre de 2018

Por la juventud...La Última Película: Crecer en enredos, la nada y Hank Williams

Peter Bogdanovich orquesta maravillosamente esta historia en los años cincuenta con un elenco magnífico y una fotografía encantadora de Robert Surtees.



Ficha Técnica:

Dirección: Peter Bogdanovich.
Producción: Stephen J. Friedman.
Guion: Larry McMurtry, Peter Bogdanovich.
Música: Hank Williams.
Fotografía: Robert Surtees.
Montaje: Donn Cambern.
Distribuidora: Columbia Pictures.
Nominado a los Óscar: Mejor Película, Director, Guion adaptado, Fotografía y Actor y Actriz de Reparto.
Ganador por: Actor de Reparto -Ben Johnson- y Actriz de Reparto -Cloris Leachman.

Reparto: 

Timothy Bottoms es Sonny Crawford. 
Jeff Bridges es Duane Jackson.
Cybill Shepherd es Jacy Farrow. 
Ben Johnson es Sam the Lion. 
Cloris Leachman es Ruth Popper. 
Ellen Burstyn es Lois Farrow. 
Eileen Brennan es Genevieve.
Sam Bottoms es Billy. 

Sinopsis: 

Anarene, Texas. Año 1951. Dos amigos, Sonny Crawford y Duane Jackson, viven el último año de colegio entre las continuas experiencias de crecer, la presión social y varios momentos que cambiarán sus vidas tranquilas de billar, cine y amigos.

Hacemos un pequeño paseo por las mejores películas de las que tienen como mensaje principal la juventud, o más bien, el paso de la juevntud hacia la adultez, una transición que siempre es dificultosa, no importa la época en la que nos encontremos. La Última Película -The Last Picture Show-, es una fascinante descripción de cómo es crecer a mediados del siglo pasado.

Nostalgia en Anarene, Texas 




Evocar a épocas anteriores es un recurso utilizado para generar, la mayor de las ocasiones, nostalgia. Y Peter Bogdanovich, el crítico de cine convertido en cineasta, genera un ambiente de constante melancolía en un pueblito semificticio de Anarene, Texas que parece morir lentamente; gracias en parte a la majestuosa fotografía de Robert Surtees, nominada también al Óscar y ganador por la colosal Ben Hur, capaz de mostrar algo muy interesante aunque se trate de la mismísima nada. The Last Picture Show nos lleva a una época donde los mismos personajes no encuentran sensaciones positivas en el presente y menos en el futuro, por tanto, ese aire de lamentación y remordimientos lo sentimos en toda la cinta.

Y si nos sentimos mal por el mal pasar de los protagonistas, es porque tenemos un elenco con unas interpretaciones magníficas. De destacar principalmente a Leachman, la mujer adulta que casi sin diálogos se ha podido robar la atención del espectador en su frustrante situación; Ben Johnson, el carismático Sam The Lion, la vívida representación del pueblo que extraña épocas mejores y vive de ellos.

Una dura transición 




La Última Película nos va contando la historia de un par de jóvenes que van creciendo en una dura época de su pueblo, más bien, de su pequeña sociedad en sí. Las mujeres viven con el miedo de no casarse, los hombres de no tener suficiente dinero para el auto... los vicios que imponen la tradición pesa bastante en nuestros jóvenes protagonistas, que deben lidiar con sus notorias limitaciones.

Destacable resulta el viaje emocional de los protagonistas, donde Jacy, que empieza como una chica enamorada a lo exactamente opuesto o como el destino lleva también a la guerra. Ninguno de ellos había podido soñar en grande y, ciertamente, no van demasiado lejos del opaco porvenir de su ciudad, donde el sexo parecía ser el único escape a la miserable situación no tanto económicamente, más bien en el ámbito emotivo.

Si seguimos hablando del sexo, el contenido explícito de este es bastante curioso. No vemos desnudos sugerentes, son siempre inocentes. Los protagonistas, en su duro transitar a la adultez, lentamente llegan a esta poco decorosa situación, tan anhelada por unos y detestable por otros, como el pequeño Billy, quizá el único que permanece inmune ante tanta fascinación corporal o económica.

Bogdanovich, flor de un día.




Sí que el debut de Peter Bogdanovich resulta maravilloso, nos da verdaderas postales de aquel desértico paraje, donde la música de la leyenda country Hank Williams, nos sumerge en Arenene, en el mundo que nos cuenta, uno donde aparentemente se sobrevive y no se vive. 

Lamentablemente, esas escenas en total silencio más que sonido ambiental que hablaban mas que los grandilocuentes diálogos, ser pionero del New Hollywood que cambió el modo de hacer películas, siendo más crudos en lo sexual o más sincero en las ambientaciones o interpretaciones, Bogdanovich no recuperó la magia en un film parecido y quedó en la lista de los hombres de un solo hit, como los que hicieron la macarena, sin embargo, su aporte a la sociedad queda más que agradecido con esta pieza maravillosa.

La Última Película -el nombre queda claro en el film, por eso no lo explico- es un pasaje de dos horas a una época distinta, pero a situaciones que conocemos muy bien, hecho que se puede deber al innegable legado de este largometraje que trae a la mente tantas situaciones que solamente las grandes películas pueden inspirar a generaciones.



Calificación: 9,6/10.
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Cada Día: Un drama juvenil que se queda en buenas ideas

 Pese a la interesante propuesta inicial, Cada día se diluye en un drama juvenil cualquiera que no explota todo su potencial.



Ficha Técnica:

Dirección: Michael Sucsy.
Producción: Paul Trijbits.
Guion: Jesse Andrews.
Fotografía: Rogier Stoffers.
Duración: 97 minutos.
Género: Drama, romance y fantasía.
Distribuidora: Orion Pictures.


Reparto:

  • Angourie Rice es Rihannon.
  • Maria Bello es Lindsey.
  • Debby Ryan es Jolene.
  • Justice Smith es Justin.
  • Owen Teaguen es Alexander.

Sinopsis:  

El espíritu "A" debe vivir en un cuerpo distinto cada día, pero el momento que conoce a Rihannon, una joven adolescente con bastantes problemas, decide que no quiere apartarse de ella y trata de pasar cada día con ella. 

¿Qué pasaría si cada día vivieras una vida diferente? Una idea interesante que se explora en la novela de John Levithan, cada día, que es la base de esta película que, sin embargo, parece que los productores omitieron algunos aspectos interesantes del mismo en pos de una producción más "digerible" a todo público.

Dirección modo crucero



Michael Suscy -Votos de Amor (2012)-, emprende el trabajo de darle a cada día ese peculiar tono que debería tener una película reflexiva, de un contenido de hasta si se quiere filosófico; digo, la transmigración de almas resistida por la emotividad romántica suena a profundo ¿verdad? no obstante, la película no tarda demasiado en demostrarnos que no seguirá esos pasos: será una película para adolescentes más.

Cuando digo más, hablo de la sensación muy poderosa de piloto automático fluye casi sin vergüenza. Se recuesta in extremis en el guion firmado por Jesse Andrews para que la historia siga sin pausas. El problema surge cuando hay momentos de reflexión, romance, o cualquier otra circunstancia que requiera una puesta en escena más decidida a meternos en este mundo. Suscy o no lo quiere o no lo consigue y tenemos, en consecuencia, un recorrido por varios clichés que bordan estas cintas sin ninguna chispa.

Tenemos la cabaña, los días se lluvia y hasta la cancha de fútbol a disposición de la joven pareja para sus peripecias románticas. Lo que no tenemos es algo que nos identifique con los hechos, pues el personaje diferente -el espíritu A- y su más que atrapante forma de ver el mundo es reducida a un par de frases que "suenan bien", sin esfuerzos mayores para mejorar las sensaciones con él -o ella- además de la descafeinada vida de Rihannon que cae en los problemas "típicos" de norteamericanos sin traer nada nuevo a cuento. Más de lo mismo.

Desaprovechado 


Es el término que se aplica en esta ocasión. Una historia de amor que versa sobre la tolerancia y la necesidad de vivir, termina pareciendo un malicioso giro de rosca al romance hombre-mujer de siempre. Pero no es así. Existe un bonito mensaje de "lo que importa es el interior" que es desechado. Es más, cuando A resulta un hombre alto y elegante, es donde vemos mayor romance. Cuando es gordo, fea o no atractivo simplemente hay una linda charla. Curiosamente, se transmite el mensaje erróneo. Se da a entender que hasta a alguien que se enamora de un ser incorpóreo, se fija en ello.

El desfile de clichés está aquí. Como dije, las típicas peripecias románticas tienen acto de presencia, pero nada que haga justicia al innovador argumento. Claro que podríamos argüir un problema con el material de adaptación, pero lo cierto es que el libro -que debo decir, no lo he leído completo- es sacrificado por una adaptación mucho más simple y que no genera la más mínima polémica, pero de paso no genera nada.

Incluso, en momentos que se toca muy suavemente la muerte o un contenido -que el material original propone en mayor proporción- gay u homosexual, entramos en una dirección tan azucarada que deja todo en pequeñas anécdotas y nada para realmente analizar. Suscy supone que tiene otra comedia romántica sin mucho seso en sus manos, aunque en realidad está matando un contenido mucho más agudo y responsable por mero entretenimiento.



El guion en sí se limita bastante. Casi no se anima a profundizar en el enigmático A, salvo a dar respuestas muy millenials como -lo busqué en Internet- y se mete de lleno en el melodrama con Rihannon -una decente Angourie Rice- que cambia de pareja cada día. Todo esto porque no sentimos un verdadero análisis de ninguno de ellos, salvo escenas donde, como dijimos, el personaje feo habla y el director se queda dormido mientras se graba.

Cada Día tenía un argumento que con mayor ingenio se pudo materializar en una película muy inventiva, sin embargo, apostaron a elementos muchos más accesibles, que en realidad o son rancios o aburridos, y si bien, tengamos en el desenlace algo más emotivo e interesante nos ofrecen 90 minutos de algo que suena interesante, pero que no se ve así.



Calificacion: 4,6/10.
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viernes, 14 de septiembre de 2018

De peor a mejor: La Franquicia "El Conjuro"

Aunque hemos hecho un resumen de cada película, hay que dejar constancia. En este caso, El Conjuro ya nos ha dado, en mi opinión, películas de todos los niveles, pero queremos saber cuál es cuál. Ordenamos de peor a mejor.

5- La Monja - Corin Hardy (2018) 




Es muy mala. Lo explicamos en la reseña, aunque podemos resumirlo en unos cuantos puntos. Hay cosas que no tienen sentido alguno. Un guion que falla en el principio de la coherencia, es decir, que lo que pasa debe tener algún sentido -y conste que se le toman en serio, está bien si fuese algo a lo sharknado, pero no-. Se olvidan de ello y vamos al problema grave: los sustos.

Tenemos una cantidad de sustos predecibles, porque generalmente suceden de espaldas a los protagonistas. Constantemente, caemos en el juego de que "aparezca" malignamente y sin ningún esfuerzo - a diferencia de las película de esta saga- quieren que nos asustemos en ese momento, pero no de una película que salvo la ambientación y sus actores, está muy mal.


4- Annabelle - John R. Leonetti (2014) 


Siendo honestos, esta le quita mucha ventaja a La Monja. Tal vez no tenga el trabajo de producción que sí lo tiene el nuevo spin off, pero a decir verdad, John Leonetti tiene más creatividad al llevarnos a los sustos. Hay momentos de un trabajo que se disfruta y trata de zafar de un guion bastante flojo -del mismo Gary X- que aunque no es incoherente, recrea cuestiones de El Conjuro que no les halla la vuelta y termina siendo o flojo o aburrido.

Ese sentido de la familia que incluyó e hizo especial a la primera entrega acá se repite sin mucho ingenio, y cae en cosas bien simples -"El amor de madre es lo más poderoso que ha creado Dios"- que suenan a rancio. Además, se desaprovechan cuestiones interesantes como las sectas a lo Familia Manson o invocaciones satánicas en sí, dándonos una muñeca un poco astuta y no mucho más.


3- Annabelle Creation - David F. Sandberg (2017)


Ya llegamos al terreno de lo bueno. Porque en esta precuela de la precuela -que para nada tiene sentido-, hay un paso adelante en la dirección de Sandberg, que aprovecha bastante el escenario para infectarnos con buenos momentos de verdadero terror. Crea un ambiente de zozobra que termina explotando en todo su tercer acto que hace de la película bastante "disfrutable".

El mayor protagonismo de la muñeca demoníaca le da mas credibilidad a la película, ya que en la primera entrega esta estaba casi desaparecida. Su gran defecto es, de nuevo, un mal guion. Gary Dauberman lo hace de nuevo en un trabajo más discreto que en Annabelle y las cosas que no tienen sentido entran en acción. En su defensa, podemos decir que esto no afecta demasiado al ritmo de la película, que sin ser brillante, llega a puntos bastante aceptables.

2- El Conjuro 2 - James Wan (2016)




La parte dos de la verdadera joya de James Wan nos da una secuencia inolvidable en Amityville. Fascinante a decir basta. Lastimosamente, este nivel no se mantiene y tenemos una fórmula parecida, que no igual, con su antecesora. La importancia de la familia, un demonio imponente en una figura aterradora que funciona en pocas dosis y no en una película entera, etc.

Para bien o para mal, El Conjuro 2 se aparta de algunos detalles de la primera para no caer en una mera repetición. Esto, sin embargo, le juega en contra; el ir por el camino de "creer o no creer" tenemos más pausas de las queridas en la historia y se ralentiza un poco, hasta que llegamos a un final que se siente a decepcionante. Sin embargo, esta secuela tiene demasiados puntos a favor para estar en segunda posición, pero no para llegar a la primera.

1- El Conjuro - James Wan (2013)




Una pieza sin igual. La incursión de James Wan en estos hechos reales llega a puntos que el cine de terror urgía e imploraba desde hace tiempos. Wan logra trabajar majestuosamente el paseo a la tenebrosa casa Perron con un manejo de cámaras desconcertante, nunca te permite precisar las apariciones y claro, estas no llegan sin la criteriosa construcción mencionada.

A esto le sumamos que no es solo una cinta de exorcismos y la química en las familias tratadas en el film resulta más que efectiva y hace que en realidad nos preocupemos y hasta nos encariñemos con ellos. Se humaniza a los Warren, con una historia de fondo muy bien contada que nos da algo más que sustos muy elaborados y nos da, una muy buena historia de terror que se siente bastante real.
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lunes, 10 de septiembre de 2018

La Monja: El verdadero terror es verla... completa (reseña sin spoilers)

Un trabajo notable de producción es lo más destacable de una película predecible, incoherente y por momentos ridícula que cae a lo más bajo de la franquicia de El Conjuro.


Ficha Técnica

Dirección: Corin Hardy.
Producción: Peter Safran, James Wan.
Guion: Gary Dauberman.
Música: Abel Korzeniowski.
Fotografía: Maxime Alexandre.
Montaje: Michel Aller, Ken Blackwell.
Protagonistas: Demián Bichir, Taissa Farmiga, Jonas Bloquet.

Sinopsis: 

Rumania, año 1952. En el convento de Carta, el padre Burke (Demian Bichir) debe investigar el misterioso suicidio de una monja en aquel sitio. Junto a él, una novicia (Taissa Farmiga) con un don le acompaña a averiguar qué sucede allí.


Del mismo modo que Annabelle aterrorizó a medio mundo en la primera entrega de esta exitosa saga de terror, el demonio Valak hizo lo propio en la segunda. Ahora, lo que tenemos que entender son dos cosas: Primero, que un elemento de una película funcione bien, no significa que lo hará igual en una donde es protagonista y, segundo, Gary Dauberman no es el hombre que debe escribir esa película.

¿No te das pio cuenta que todo va a salir mal?



Hay algo que esta película descarta de entrada: La impredecibilidad. Desde el primer minuto, con esa secuencia inicial de mucha vehemencia, sabés que todo se irá al maso, pero ¿hace falta dejarlo tan claro? Cuando nos muestran a los protagonistas, unos muy sólidos Demián Bichir y Taissa Farmiga, no falta un segundo donde no te dejan en claro que aquel lugar está podrido hasta los cimientos ¿Por qué no jugar más al despiste? No, solo faltaba que alguien diga al espectador "Se ve muy peligroso ¿verdad?" para dejar claro que es una muy obvia autoparodia... pero ojo, no la es. Es más, se hacen los serios para que nos traguemos el cuento.

Una música para nada discreta, una locación extremadamente macabra donde no se entiende si buscan a una monja o a Drácula y, para colmo, el alivio cómico agradable pero poco halagüeño a la trama de Bloquet, diciendo de forma muy frecuente que ese lugar está maldito. Supongo que perdemos diez minutos de nuestras vidas escuchando eso, que todo va a salir mal si entramos ¿Por qué entonces? Bueno, nuestro Van Helsing con hábito debe hallar la respuesta.


¿Qué está pasando? 




Si acusé a Gary Dauberman al inicio del artículo, fue por esto. En Annabelle hizo una historia sosa y en Creation una poco coherente. Ahora se ha superado. Nuevamente, encontramos un montón de hoyos argumentales que no entendemos cómo se pasaron por alto -pasado un tiempo, me gustaría enumerarlos- o cómo hicieron avanzar la historia. Lo cierto es que están, y en vez de sentir un verdadero temor por nuestros protagonistas, seguimos preguntándonos ¿Por qué pasa esto? En esta ocasión, el director Corin Hardy, no logra salvar para nada la función, a diferencia de los rescates que hicieron con Annabelle los directores de semejante adefesio de guion.

"Las películas de terror no tienen sentido". Bueno, entonces dejemos de contratar a profesionales para que hagan un libreto por miles de dólares y paguemos 30 mil por verla. Debe tener sentido cualquier tipo de producción audiovisual, más si se trata de una que se jacta de basarse en hechos reales. Una cosa es no meterse en la historia, otra es que la historia no deje que entres, porque es tan vacía y plana que no da cabida a nadie quien la aguante.

Tenemos, básicamente, un recorrido por un castillo gótico, que recuerda bastante producciones góticas de los sesenta, en busca de algo porque ese algo hace algo que da algo a cambio de algo. No queda claro muy bien qué es al final La Monja, cómo obtiene sus poderes, cómo pasan tantas cosas salvo por una explicación muy apresurada que se lanza al aire y que debe justificar todo, incluso el final más ridículo que he visto en bastante tiempo. Dejo que juzguen ustedes, cuando la vean en sus casas, porque no vale una vuelta al cine solo para experimentarlo.

Alarmante falta de ideas


Sí, ya puse una imagen parecida; pasa que es así casi toda la película

Y si hablamos de poca sorpresa, poco encanto y hasta de poca coherencia, debemos decir que las ideas también escasean. Tenemos un par de momentos buenos, pero ojo, dos o tres máximo. Tras eso, hay una tonelada de clichés y situaciones que jamás despeinarán al espectador avezado y que asustará a un primerizo una, dos veces... pero no durante 90 minutos, sobre todo en el clímax tan errático que parece que ni siquiera se toma en serio a sí mismo, porque tras tantos recursos malgastados, solo queda darle un fin que se siente sin energía y, de nuevo, sin mucha coherencia.

Las escenas que realmente pueden asustarte, por el gran trabajo, son pocas. Ahora, las que van por lo seguro invitan a una trivia con el amigo a adivinar en qué posición -no momento, porque ya se siente claro- aparecerá el demonio. Se abusa del susto fácil, de que el demonio y la música aparezca súbitamente, sin realizar el director un esfuerzo interesante en hacer más asfixiante el ambiente o las escenas más aterradoras. Y luego, queda esperar por algo más interesante por la muy lograda ambientación, que parece que es lo único que sostiene a la película de un (aún más) vergonzoso fracaso.

Se puede rescatar a Taissa y a Bichir por su entrega a los papeles. Al menos, al comienzo, demuestran una gran solidez, pero es la trama intrascendente la que hunde sus esfuerzos y los clichés -el padre atormentado por un mal exorcismo ya suena rancio- simplemente les resta importancia. Y si nos ponemos a pensar lo desdibujado que queda el personaje de Taissa, debemos felicitarla por su trabajo. El alivio cómico de Jonas Bloquet, insisto, ayuda a que no salgamos abucheando de la sala, pero si metiste un papel claramente cómico en una película de terror... estamos mal.

Les digo, hay varias...

La monja es el capítulo más flojo de la franquicia. Fácil, sin discusión. Ahora, un gran empeño del elenco, de los trabajadores de fotografía, diseño de producción y apartados técnicos salvan a una película sin efecto susto -ni siquiera en el cine-, sin ningún momento destacable, una historia muy contradictoria y, claro, el abusivo elemento de "estamos en una película de terror", del condenable infierno al que merecía ir si no fuese por ellos.


Calificación: 3,3/10.
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Cuando los muertos SÍ mueren: Auge y caída de The Walking Dead (3ra parte, final)

Con ustedes, la última parte de este análisis de la decadencia de The Walking Dead.

El viaje a Terminus: La Odisea que cansó a todos



La cuarta temporada fue un verdadero insulto a la inteligencia. Interesante, entretenida, lo que quieras decir, pero en realidad fue un puente eternamente extendido entre el final de la tercera -el gobernador empieza en el quinto a aparecer-, y el inicio de la quinta -caminan hasta llegar a Terminus-. Es decir, la tercera semana trató de dos cosas totalmente distintas, sin casi conexión, pero fueron una misma temporada en sí. De locos.

Pero llega la gota que colmó mi vaso. El mencionado viaje a Terminus. Casi 7 episodios íntegros dedicados a la llegada a un lugar. Calculando mal y pronto, son 315 minutos de metraje. Son poco menos de 5 horas y media de viaje. Como si grabaron su peregrinación a Caacupe. Les pregunto ¿Vale tanto tiempo de narración al trayecto, más que al lugar en sí? Siguiendo una línea lógica, la de narrar lo más interesante, pues no, porque el sempiterno trayecto era sazonado por un constante misterio, que hacía que deseara a Terminus, pero en realidad lo hacías porque ya no aguantabas tantas escenas de caminatas.

Sí hay que decir que de entre lo último que he visto, la quinta temporada es la más interesante que he visto, pero ese seguir catatónico las vías del tren fue algo que hizo sonar alarmas. El nuevo encargado de la serie, Scott Gimple, no le importó en absoluto embarrar al máximo la trama con tal de lograr más episodios lucrativos en cuanto a auspicios, sacrificando bastante la credibilidad de la serie.

A pasitos de tortuga



Con la llegada del clímax de la cuarta y su seguimiento en la quinta, la serie prometía algo realmente movido, pero nos equivocamos. Esa combustión a fuego lenta se mantenía y adormecía a cualquiera, que ya solo suplicaba que el episodio le muestre ese algo que lo enganche. Eventualmente lo encontraba, pero tras un montón de diálogos especulativos, de escenas de amenazas o falsos contactos que solo dilataban de forma insoportable todo. El problema no era una historia aburrida, sino un desarrollo dilatado.

Cuando llegamos a la sexta temporada, la cosa me preocupaba aún más. Asomaba ya un tal Negan, que prometía ser una verdadera amenaza, sin embargo, se perdía entre tanto tiempo malgastado en acercarnos a detalles nimios que al maligno y genial villano de la serie. En vez de "agrandar" la cuestión para llevarnos a un clímax inaguantable a final de temporada, teníamos episodios ¡De Morgan! de casi una hora de duración. ¿En serio con tanto tiempo de programa en 16 capítulos, se le dedica uno exclusivamente a un personaje puramente secundario? -por más que el episodio quiso dar a entender lo contrario- ¿A qué juegas Gimple? 



Y luego, empecé a ver lo peor. Lo más interesante de la serie es ver quién moría. Empezó a hacerse reiterativo el ver los falsos contactos con la muerte, y hasta se antojaba como un juego entre fans para matar el aburrimiento, una suerte de pegar al compañero cuando ve un fusca, pero con caminantes. Si muere Rick, te pego, si muere Maggie, me pegas... y así.

La COBARDE decisión de jugar con cámara subjetiva quién moriría a manos de Negan en el último capítulo de la sexta era jugar a "¿Quién ha muerto?" como si este fuese un programa de apuestas. Tan poco creativo ya resultaba todo que, para llamar la atención y cerrar un arco argumental, que de cerrado estaba igual que los baches de San Lorenzo, recurrieron a matar un personaje de una forma que genere expectativa -se lo llama cliffhanger-, para que sintonices la siguiente temporada. Una cosa es usar algo así entre bloque y bloque, otra entre episodio y episodio, pero resulta demasiado desesperado usarlo para "finalizar" una temporada. La serie que empezó como una de vivos sobreviviendo, se convirtió en un triste show donde lo más interesante es quién de los personajes con el que nos encariñamos morirá.

Y siendo sinceros, no he llegado a la octava temporada. Es más, me quedé en el segundo capítulo de la séptima por una clara razón, que es la misma de muchos fans. Me cansé de ver una serie que en tres episodios avanza lo que podría en uno y poco más. Porque en lo poco que vi, he visto una eternidad en detalles, que sabemos todos se pueden acortar o directamente saltar. Y si ofrece algo interesante, es la muerte de alguien -sin ir lejos, la de Carl-. Se han juntado cerca de 85 mil firmas para pedir el despido de Scott Gimple, hombre que llevó al máximo esta ralentización, que finalmente se consiguió. El hombre se ha marchado y Angela King será la nueva productora en un programa que se queda sin Rick Grimes porque Andrew Lincoln no quiso renovar contrato. ¿Un twd sin Rick? Escucha esto último.

Lo peor es que...


Los agraciados hombres detrás de este suceso televisivo anunciaron sin asco que fácilmente tienen material para seguir con este posapocalipsis por casi una década. Incluso, hablaron de la idea de ir "rotando" protagonistas. Ea decir, si llega a un punto donde han muerto todos los que aparecieron en, digamos, las primeras tres temporadas, la serie introducirá nuevos protagonistas. Algo así como hace Doctor Who con su actor principal, que lo cambia cada cierto tiempo por la regeneración que posee. Aquí, seguiríamos la aventura de cualquier superviviente, con tal de seguir viendo The Walking Dead... cómo no.

Si quieren inmortalizar esta serie, deben entender algo. Ese formatito trucho de dos mini temporadas mentirosas debe acabar.  Deben tratar con respeto a los fans, que ya en esta última tanda de episodios la empiezan a abandonar, dejando sus números en bajos históricos ¿Es mala la serie? Por supuesto que no, todo tiene remedio, solo que hay que dejar en lo económico y centrarse en recuperar la esencia de este gran producto creado por Frank Darabont en 2010basándose en los cómics de Robert Kirkman que lentamente se ha vuelto casi una autoparodia de sí misma. Cayendo en lo barato y con trucos sacados de lo más bajo de la creatividad, The Walking Dead se preocupó en sacar más rédito que producto de calidad y de no cambiar este rumbo, me temo que no tardará en caer en la ruina lo que una vez fue la serie más poderosa de los últimos tiempos.
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domingo, 9 de septiembre de 2018

Annabelle: Creation. Mejor, pero no tanto.

Aunque se saca algunos vicios importantes y llega a puntos más tenebrosos, de vuelta un guion flojo hace que esta precuela de precuela sea solamente esté unos pocos puntos sobre su primera parte.

Ficha técnica

Dirección: David F. Sandberg.
Producción: Peter Safran, James Wan.
Guion: Gary Dauberman.
Música: Benjamin Wallfisch.
Fotografía: Maxime Alexandre.
Montaje: Michel Aller.
Protagonistas: Stephanie Sigman, Talitha Bateman, Anthony LaPaglia, Miranda Otto.

Sinopsis: 

En 1955, el Sr. Mullins, fabricante de muñecas -quien diseñó a la conocida Annabelle- y su esposa reciben a una monja y a sus huérfanas una vez que su orfanato ha cerrado. Una de las chicas, enferma de poliomielitis, descubre el triste fallecimiento de la hija de la pareja 12 años atrás, y los extraños eventos que le sucedieron... 

Empiezo a sospechar que Gary Dabarmam es la verdadera piedra en el zapato de los spin off de El Conjuro. Ya mencionamos cómo lo más grave de la irregular Annabelle es su deficiente guion; parece que la crítica no está siendo amable con La Monja -de la que mañana traeremos su crítica- y si le sumamos que su muy pobre adelanto de la tercera parte de esta muñeca -en la cual ya no solo será guionista, sino director- no suena nada bien, tenemos un denominador común en los continuos sindabores de esta franquicia: un hombre que solamente suscribe un guion -junto a varios coescritores, vale destacar- realmente destacable, la más reciente versión de It. Luego, puros fiascos.

Y aunque hablamos de su ineficiente trabajo, no hablamos de un fracaso total; todo lo contrario, Annabelle: Creation es un paso adelante con respecto a la primera película de esta muñeca endemoniada, con muy poca imaginación -en parte, insisto, por un mal guion- y que resultaba bastante decepcionante. Aquí, de la mano de un estupendo David Sandberg, quien dirige otra muy buena película producida por James Wan, llamada Lights Out, se llega a puntos mucho más interesante en lo que se refiere a suspenso, aunque la historia deje que desear.


Si en la primera un correcto Leonetti le dio la intensidad necesaria para salvar Annabelle, en esta nueva película -que es un absurdo, al tratarse de la precuela de una precuela-, tiene mucha más pericia, Sandberg posee más pericia y sus escenas de pánico, aunque juegan a los falsos sustos en varias ocaciones, resultan impactantes y por momentos llegamos a puntos de verdadero terror, aunque esto no sea casi siempre, el punto medio es bastante satisfactorio.

El verdadero problema de esta entrega, está en su trama misma. Primero, es increíblemente estirada de los pelos la conexión que le hayan a esta entrega con la anterior, considerando que esta precede a aquella que hablaba de los orígenes de la muñeca. Es decir, esta película sobre los orígenes de Annabelle antecede a la película sobre los orígenes de Annabelle. Así como se lee. 

Y luego llegamos a ese punto donde nos ponemos a pensar en qué estaban pensando los protagonistas para meterse en tantos problemas. Y por qué hace esto, o por qué no dejó de hacer esto... cuestiones que opacan el muy buen trabajo de puesta en escena y del elenco, que sin tener un verdadero talento destacable, cumple con las consignas puestas: hacerlo lo más verosímil posible. Logrado.



El ritmo un tanto tímido de la película, como no queriendo explotar del todo en su inicio, termina siendo desplazado por un gran tercer acto -o desenlace- que nos lleva la mano a los ojos o a los oídos, para mitigar en parte la acción. Todo lo que se cocinó de forma discreta se sirve en un gran final que al menos deja en claro que es muy superior en estas cuestiones a Annabelle.

En términos generales, Creation sí hace justicia a la franquicia de la que forma parte y por supuesto que dignifica al diabólico juguete, aunque no es nada del otro mundo. Perjudicado por esos guiones poco verosímiles que abundan en el -mal- cine de terror, pero compensado por un director con gran capacidad para crear una buena atmósfera y unos sustos de calidad, son las razones por la que esta Annabelle está bien, pero no tanto.


Calificación: 6,8/10.
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¿Qué hay en Netflix? The End of the F***ing World: Desencanto indie-juvenil que encanta.

Con unos protagonistas que hacen muy llevadera la interesante premisa y un desarrollo más que solvente, esta peculiar resulta un éxito.


Ficha Técnica

Dirección: Jonathan Entwistle, Lucy Tcherniak.
Guion: Charlie Covell.
Productor: Kate Ogborn.
Basado en: The End of the Fucking World de Charles S. Forsman.
Temporada: 1
Episodios: 8 (19-22 min.)
Creador: Jonathan Entwistle.

Reparto:

Alex Lawther como James, un chico que se define a sí mismo psicópata.​
Jessica Barden como Alyssa, rebelde e inconformista.
Gemma Whelan como DC Eunice Noon, compañera de policía de Donoghue.
Wunmi Mosaku como DC Teri Donoghue.
Steve Oram como Phil, el padre cariñoso de James.
Christine Bottomley como Gwen, la madre de Alyssa.

Sinopsis: 

La serie gira en torno a James, un inadaptado social que conoce a Alyssa, una muy agresiva chica olvidada por su madre y su padrasto. Ella decidirá escaparse y buscar a su padre, siendo acompañado por él, quien decide que Alyssa será la primera persona que asesine.




La adolescencia es un época muy difícil para la vida humana. El crecer se vuelve un serio problema mientras descubrimos que no todo es tan placentero como lo fue en la niñez. Ahora, sumale a eso una vida de m*erda, y el resultado es un total desencanto con la existencia humana. Esta interesante serie británica la enfoca desde una perspectiva que la hace fascinante.

La facilidad que poseen los británicos para hacer interesantes las cosas, a diferencia de la -lastimosamente- estridencia de los norteamericanos, hacen que esta idea -¿Qué es sentirse un bicho raro?- resulte, en vez de un verdadero hit de Billboard, un single de corte indie que más bien gana fans que números uno. Pese a que juega con la extravagancia de su premisa, no es ruidosa o abusa de sus recursos, sino resulta un trabajo bastante sobrio, pese a sus inevitables excesos.

A lo largo de sus ocho episodios, que a mi entender le quedan grande, cuenta la historia de dos jóvenes sin ningún tipo de rumbo, que lo buscan. Ahora, el bueno de James se suma sin mucha convicción a este viaje, por la idea de matarla, mientras ella busca a su padre. Una historia simple cubierta por este manto bizarro que la hace mucho más llevadera.




Podría parecer que es una serie de "únicos y diferentes" por lo que voy diciendo, solo que no busco caer en spoilers. Pero justo es decir que se tratan de personas realmente atormentadas, pese a su corta edad. Una vida breve, aunque de bastante bajones los lleva a una excéntrica búsqueda de sus verdaderas identidades que, al menos, al final la hayan, no sin tener problemas en el proceso.

Tanto Alex Lawther como Jessica Bardem realizan grandes interpretaciones. El silencioso James era un desafío mayor, aunque logra darnos un personaje discreto en accionar, pero no aburrido; por el otro lado, Bardem nos da una niña repelente, que con el pasar de los episodios va comprendiendo mejor su propia hostilidad. Es decir, el viaje ayuda a ver una evolución de los personajes que es lo esperado ¿no? 

La dirección a cargo de  Jonathan Entwistle y Lucy Tcherniak, no resulta precisamente brillante o innovadora, pero sí cumple su propósito de darle un aire distinto a la serie, para que, sin comprarte totalmente con los primeros eventos, te de la motivación, gracias a su vistosa presentación, de quedarte a verla hasta el final.



Creo que el tono de comedia prácticamente es nulo, y debe ser un drama trágico con tintes cómicos, ya que la pareja policial ofrece un poco de esto último, pero no parece demasiado para llamarlo así. Eso sí, ayuda a que la breve historia tenga un poco más y no caigamos en un ritmo lento, pero sin ofrecer mucho más.

Como dije, no parece que dé para casi tres horas de metraje. En formato largometraje tal vez se hubiese explotado mejor sus puntos a favor, pero quedan diluidos en buenos momentos en buenos capítulos, sin que sea el mejor espectáculo jamás visto. The End of the F***ing World resulta tener lo necesario para que veas la serie hasta el final, lo cual podemos traducir en una buena premisa y presentación. De allí, un manejo muy bueno de las actuaciones y el guion hacen que la serie haya tenido el éxito que posee. Roguemos que mantengan el nivel en la segunda temporada.

Calificación: 7,9/10.
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sábado, 8 de septiembre de 2018

El Conjuro 2: Una secuela digna

Aunque no llegue a los niveles brillantes de la primera, El Conjuro 2 aún brinda escenas memorables y una historia bien contada.



Dirección: James Wan.
Producción: Peter Safran, Rob Cowan, James Wan.
Guion: James Wan, Chad Hayes, Carey Hayes, David Leslie Johnson.
Música: Joseph Bishara.
Fotografía: Don Burgess.
Montaje: Kirk M. Morri.
Vestuario: Kristin M. Burke.
Protagonistas: Vera Farmiga, Patrick Wilson, Frances O'Connor, Madison Wolfe.

Sinopsis: 

Enifield, Inglaterra. 1976. Ed y Lorraine Warren deciden retirarse de las investigaciones paranormales, pero la Iglesia les pide una pequeña misión para confirmar o desmentir un caso de presencia maligna en una familia de esa comunidad.

Si es difícil encontrar una excelente película de terror, es casi imposible hablar de una excelente secuela. Para no enturbiar las aguas, hablaremos de una segunda entrega que puede plantar cara a su antecesora, y esta es nada menos El Caso Enfield, o mejor conocida como "La película de la monja".

Curiosamente, el momento que me fascinó de esta entrega, no sucede en la localidad inglesa, sino con la mítica Amityville haciendo de prólogo en una fantástica demostración de que Wan puede hacer de cualquier sótano una experiencia perturbadora para quien sea. Una vez pasada esta visita, entramos de lleno al caso inglés, que no se le queda en zaga a su primera parte.



Tenemos, de nuevo, la perspectiva Warren de las cosas -algo de lo que estoy agradecido- y sobre si deben salir del "negocio", mientras las cosas empeoran en Enfield. Se puede hacer un paralelismo sobre cómo suceden las cosas tanto en la primera como en la segunda y encontramos un parecido, aunque esto no es malo, le hayan una vuelta de tuerca con los programas de tv o la fama que ganaron con Amityville. Lo cierto es que esta nueva incursión de la pareja es muy buena y no aburre.

Si vamos a lo importante, en el ámbito del terror la película no falla en nada. Hay escenas realmente impecables -la del cuadro es un ejemplo magnífico- y se nota el esfuerzo hecho de Wan por superarse en la realización de momentos "únicos". Aunque parecería que hay demasiados recuerdos de la primera, el gran trabajo hecho por el director y su equipo hacen que no pensemos en ello, porque en realidad el trabajo vuelve a ser sobresaliente. Visualmente la película resulta también más interesante -le duplicaron el presupuesto- y la escena de Ed hablando con el demonio desenfocado resulta sublime y otros detalles, como el cambio de ambietación de Estados Unidos a Inglaterra, son cosas que a cualquier cinéfilo le gusta -y sorprende- encontrar en una película de terror.

Si hablamos de los Warren, Vera Farmiga vuelve a ser un pilar desde su preocupación por la posible muerte de su marido, en una actuación formidable, que lleguemos a preocuparnos como en la primera, por esta pareja tan querida que conforma con Patrick Wilson. Destacable es también el papel de Madison Wolfe, la niña que es poseída por el demonio, que lleva muy bien su temor por la posesión como las posesiones en sí, con una intensidad que llama bastante la atención al tratarse de una adolescente nada más. El elenco, siempre se encuentra bien conformado, aunque esto lleva a algunos de los pocos puntos flojos de la entrega.




Para empezar, da la sensación de que película "comienza tarde", es decir, el verdadero conflicto no salta a lo protagónico por un segundo acto -mejor conocido como nudo- que envuelve a la investigación en sí que hace que se pierda un poco el ritmo, aunque esto evita que tengamos una réplica de su antecesora. Además, el verdadero clímax de la trama no resulta tan satisfactorio, en parte por una no tan clara conjunción de ideas -cuidar a Ed del demonio y salvar a la niña- y una resolución muy poco convincente, que hace que cualquiera al menos levante la ceja. No resulta descabellado, aunque pudo mejorarse.

Estamos sin duda ante una excelente secuela, que considerando los pésimos antecedentes de su género, la hace aún más destacable. Sí que no llega a ese magnífico nivel de la primera entrega, pero lo hace voluntariamente, para ofrecer una experiencia distinta que resulta inquietante y disfrutable en todo momento.

Calificación: 8,4/10.
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