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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Todo lo que llega a Netflix en diciembre

La plataforma streaming ha oficializado alguno de los estrenos más interesantes que llegarán a su servicio en el último mes del año.



Con el último mes del año, se vienen también grandes títulos para despedir el 2018 y recibirlo a lo grande, como por ejemplo, el estreno de una serie de eventos desafortunados el 1 de enero. Para no extendernos, vamos a las producciones más resaltantes que se vendrán este diciembre. Con cada títulos, enlazamos su respectivo tráiler:

Series: 


Películas:

  • Roma - 14 de diciembre

  • You - 26 de diciembre 

Renovaciones: 

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martes, 13 de noviembre de 2018

¿Qué hay en netflix? La Maldición de Hill House (crítica sin spoilers): Casas malditas y sus efectos secundarios

En uno de los trabajos más brillantes del año en la casa Netflix, la Maldición de Hill House es un trabajo de terror magnífico que envuelve un conmovedor drama familiar.

Fuente: Imdb.

Ficha técnica: 

  • Creador: Mike Flanagan
  • Dirección: Mike Flanagan 
  • Guion: Mike Flanagan, Shirley Jackson, Meredith Averill, Jeff Howard
  • Fotografía: Michael Fimognari
  • Montaje: Jim Flynn, Brian Jeremiah Smith, Ravi Subramanian
  • Música: The Newton Brothers.

Reparto: 

  • Michiel Huisman es Steven Crain.
  • Carla Gugino es Olivia Crain.
  • Timothy Hutton es Hugh Crain.
  • Elizabeth Reaser es Shirley Crain.
  • Oliver Jackson-Cohen es Luke Crain.
  • Kate Siegel es Theodora «Theo» Crain.
  • Victoria Pedretti es Eleanor «Nell» Crain.

Sinopsis: 

La historia sucede en dos momentos distintos; en el pasado, donde la familia Crain llega por primera vez a Hill House, donde empiezan a descubrir los misterios de la casa y 26 años después, en el presente, con los integrantes de la familia separados y confrontados por dichos sucesos, pero reunidos de vuelta por una tragedia familiar.

Netflix no para de poner el listón alto para el resto de las series y el gran trabajo hecho en la tenebrosa mansión dirigida por Mike Flanagan es toda una revolución en el género de las casas embrujadas y el terror en general.

Reiventando el terror

Funte: Imdb

Como poco antes visto, Hill House, adaptada libremente de la novela de 1955 de The Hauting of Hill House de Shirley Jackson, juega con una estructura quebrada para darnos sustos por partido doble. Es decir, la historia se construye desde el pasado, cuando la familia se muda recientemente a la casa y en el presente, donde los estragos de aquella vivencia siguen azotando sus vidas. Todo ello con un magnífico timing que no descuida ambos frentes narrativos.

Con aquel ir y venir temporal, el montaje perfecto de la serie -a cargo de Jim Flynn, Brian Jeremiah Smith y Ravi Subramanian- nos hila la trama con gran precisión, donde cada hecho tendrá consecuencias y la construcción en los primeros episodios es tan firme que esta introducción no esté exenta de grandes sustos, atribuidos a una construcción de Flanagan que con aquellos pasillos tenebrosos y el terror psicológico emula la efectividad de la mítica "El Resplandor" de Stanley Kubrick, en un formato televisivo que nada debe envidiar al cinematográfico.

La atmósfera, como dijimos, es asombrosa. Hill House es una mansión construida con la gran psicología de sus personajes, donde sumada a su gran producción, hacen que cada momento en la casa no sea de sustos, pero sí de una incomodidad máxima que al explotar con las apariciones sobrenaturales, lleva el terror a nuevas alturas nunca antes alcanzada. Si a esto sumamos los giros constantes que va tornando a la historia cada vez más tortuosa, uno no quiere perdérsela.

La familia, el centro de todo 



El gran éxito de Hill House reside en la gran construcción del drama familiar, con un reparto excelente y un guion que solo potencia sus propios efectos dramáticos hasta las últimas consecuencias. Como dijimos, en su primera etapa, los verdaderos demonios van saliendo al punto que estos se desatan en el sexto episodio, "Dos tormentas", donde en un uso asfixiante del plano secuencia, la crisis de la familia y el terror más efectista se fusionan para llevar a la serie a momentos únicos.

Desde este punto, Flanagan, desde el guion y la puesta en escena, trabaja más que nunca la gran construcción de los miedos y defectos de sus personajes para llevarlos al plano del terror más visceral y psicológico que se retiene por horas y no en unos simples jumpscares que se olvidan a la otra escena. El trabajo, por supuesto, cuenta con estos sustos tradicionales y escandalosos, pero es parte de un todo que encuentra su explicación en su brillante episodio final.

Es en él donde se conjuga todo lo que se hizo bien, para dar incluso en la tecla emocional con un final que arranca lágrimas tratándose, recordemos, de una serie que nos puso los pelos de punta por nueve episodios. Todo esto porque el punto nunca fue asustar, sino profundizar en los demonios personales de cada uno, que casualmente fueron a parar a una casa con un poco de magia para desatar los verdaderos espantos que existen: los que llevamos dentro.



Es cuando salimos de esta tenebrosa mansión, al tono de la gran banda sonora a cargo de los hermanos Newton, donde empezamos a digerir el macabro encanto de Hill House, que podrá vulnerable a los valientes y nos llevará a puntos de emoción que solo obras de altísimo nivel consiguen por el gran talento desplegado en, quizá, la mejor serie que pise Netflix en lo queda del año.

Calificación: 10/10.

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lunes, 12 de noviembre de 2018

¿Qué hay en Netflix? The Innocents: Un intrigante suspenso poco apto para la maratón (Crítica sin spoilers)

Pese a tener una premisa y un tono enigmático, The Innocents se pierde en un vago inicio y en poca decisión argumental.

Fuente: Just Jared

 Sinopsis:

Dos novios adolescentes, June y Harry deciden huir de la vida represiva que tenían ambos para poder disfrutar mejor de su vida, sin embargo en el camino descubren el extraño "don" que posee June: puede tomar la apariencia de cualquier persona; pero a medida que va descubriendo sus poderes, descubrirá el agitado pasado de su madre, y que hay personas que intentan "ayudar" a personas como ella.

Reparto:

  • Sorcha Groundsell como June McDaniel.
  • Percelle Ascott como Harry Polk.
  • Sam Hazeldine como John McDaniel.
  • Nadine Marshall como Christine Polk.
  • Jóhannes Haukur Jóhannesson como Steinar.


El gran gancho de Netflix es sin dudas sus series juveniles. El target de la plataforma se conforma principalmente de adolescentes y los éxitos de 13 reasons why o Todos los chicos de los que me enamoré son pruebas de ello. Por tanto, es normal que múltiples variantes se busquen de esta fórmula, donde nos encontramos con The Innocents, una propuesta anglo-noruega que a diferencia de estas producciones, no invita a pegarse a la pantalla.


Tibio arranque 

Fuente: Digital Spy.

Aunque esta producción a cargo de Farren Blackburn  puede tener una premisa emocionante y explotada con un cierto tono de explotación con mucho más morbo del ofrecido hubiese sido un mayor éxito, la dirección que toma la serie es un poco confusa en realidad. 

El sensacionalismo casi esperable que pudo tener la trama es reemplazada por una naturalidad que la hace muy distinta del producto esperado en primer momento y en vez de "hechos reveladores" desparramados a lo largo de los capítulos, se apuesta por una puesta en escena más metafórica y llena de cuidados planos que la hacen menos mainstream de lo que esperaría un público puramente adolescente, y es ahí donde comienzan sus problemas.

El in media res con el que arranca la historia, con los novios huyendo y los primeros síntomas del "don" de June, el primer episodio propone un thriller con mucho hermetismo, donde por sutilezas la trama irá avanzando. Desafortunadamente la trama no da para demasiado -conste que solo sean 8 episodios- y los capítulos siguientes nos dan una puesta en escena muy poco cohesiva, donde la historia se atasca en muchas metáforas y, siendo lo peor, en un hermetismo que ya no va generando suspenso, sino irritación por la falta de datos al espectador.

Lo demás salva, pero...



Una vez que se deciden a avanzar y elementos como el profesor van entrando con mayor fuerza, sí que The Innocents va tomando fuerza hasta llegar a un final impactante, pero si uno es de paciencia limitada, no llegará a ese último capítulo, porque ese inicio sin explicaciones se extiende por casi toda la temporada, sin que queden resueltas muchas cuestiones que, debería sonar bien para una segunda temporada, pero lo cierto es que la falta de emoción en muchos momentos, sumado a la reticencia de los personajes a darnos más que pocas escenas explicativas, hace que uno concluya con más dudas que respuestas, pero con más sensaciones amargas que dulces.

Por suerte, el trabajo detrás de cámaras (en lo visual) es exquisito, el trabajo metafórico que muchas veces toma el plano o las magníficas tomas del paisaje noruego o el gris y nublado aspecto de Londres son grandes formas de contar la historia y la sensación de las mismas va acorde a lo que va pasando. Tanto Droundsell como Ascott llevan muy bien sus papeles, aunque parecería que nunca acabaron de moldearse y cuestiones importantes como su romance, se entiendan mejor con sus actuaciones que con lo descrito en la escena. 

Podemos decir que los últimos episodios de la serie hacen que valga la pena su visionado, pero su extrema dependencia a "lo mejor va a llegar" e, insistimos, en el constante silencio y una puesta en escena por momentos sin contenido, hace que The Innocents pueda ser tachada de aburrida con cierta precipitación, pero también con cierta justicia.


Calificación: 6,4/10.

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viernes, 9 de noviembre de 2018

¿Qué hay en Netflix? Riverdale (Temporada 2): Un culebrón del bueno que amaran los noveleros.

La serie de Archie Comics sacrifica la frescura de su primera temporada por un melodrama aún más afilado para nimiedades y una extensión de historias poco satisfactoria.

Fuente: wrhsstampede.com


Sinopsis: 

Tras el ataque sorpresivo al padre de Archie a manos de un hombre con un pasamontañas, los chicos vuelven a sacudir Riverdale investigando su identidad mientras descubren un montón de hechos que buscan destruir para siempre la tranquilidad de su querida ciudad...

Reparto: 

  • K. J. Apa como Archie Andrews. 
  • Lili Reinhart com Elizabeth "Betty" Cooper.
  • Camila Mendes como Veronica Lodge.
  • Cole Sprouse como Forsythe "Jughead" Jones III.
  • Madelaine Petsch como Cheryl Blossom.


Cuando habíamos hablado de la muy interesante primera temporada de Riverdale, sin duda hablábamos de una serie adolescente que mezclaba un tono de misterio drama que atrapaba fácilmente al espectador. Ahora tenemos que hablar de que en su segunda temporada se ha perdido el rumbo.

Exprimiendo a la gallinita 

Fuente: It´s sopiler time!

Si te resulta algo ¿por qué dejar de hacerlo? incluso ¿por qué no hacerlo más? Alguien habrá pensado en CW -canal productor de Riverdale- y decidieron exprimir bien a esta segunda tanda de episodios, que de sus cómodos 13 capítulos decidió subir la apuesta a 22. Esto, por supuesto que trae consecuencias -pregúntenle a The Walking Dead- y la serie sintió el gran bajón de ritmo. Todo empezó a ir mucho más lento de lo habitual.

Si bien el inicio es alentador y la fórmula drama-misterio no parecía romperse en la búsqueda de la identidad de El Enmascarado, lo cierto es que en un punto los guionistas pretenden cambiar gato por liebre con un muy raro cierre a mitad de temporada de aquella búsqueda para darnos una especie de guerra por Riverdale que desaparece... para volver a lo mismo. Todo en un muy agitado cóctel que termina pateando el hígado de su consumidor de no estar bien preparado.

Si desear caer en los tan temidos spoilers, la serie se toma mucho tiempo para detallar cosas que de condensarse con lo que vendrá, daría una temporada sin ningún punto flaco, sin embargo, apuestan a la paciencia del televidente y que este considere las pequeñas gotas de más de 15 episodios para esperar una gran lluvia que, por supuesto, aparece.

Un muy desbalanceado huracán de emociones

Fuente: cinePREMIERE 
Uno nota cuando le quieren vender "relleno". El tema está en si uno lo compra o no, y si sos de lo que no goza de una telenovela picante, no la veas. Riverdale, como dijimos, finaliza el gran arco de la temporada por el medio para empezar otro que era el secundario... Es decir, se inventaron muchas cosas para rellenar los 45 minutos de episodio, que consiste en muchas situaciones sin ningún aporte a la trama que llevan a más de uno a arquear las cejas.

Curioso como personajes quedan en la total nada -miren la "polifuncionalidad" de Kevin o Josie- a medida que suceden hechos que frecuentan la incoherencia y que levantan polémica -e histeria, internamente en el espectador- que no comprendemos cómo, pero está pasando mientras esperamos que se resuelva el gran misterio que vinimos a ver.

Cuando sucede, tenemos cuatro -sí, es acá donde se pone buena la cosa- episodios cargadísimos de información que nos hizo quedar como estúpidos a los que vieron todos los capítulos, ya que pasamos de momentos muertos por montones a desenlaces unos tras otros que, no entendemos bien por qué, no se daban a medida que avanzaba la trama en vez de todo junto y a la vez, ya que termina siendo un mejunje dramático que sofoca.

No todo está perdido

Fuente: YouTube

Y aunque pueda quejarme de mucho espacio para no hacer nada -porque al finalizar la temporada comprendés que fue al pedo- o hechos más que insólitos, Riverdale sigue valiéndose de su gran elenco en el cual mi único pero es el mal teñido de KJ Apa, que nunca lo compraré. Tras ello, todo el cast merece un aplauso porque su creíble seriedad evita que no nos partamos de la risa ante semejante culebrón interminable.

La producción en general, ya hablemos de arte o vestuarios, siente un bajón importante que, repito, reduce la atención a todo el asunto de suspenso-acción-romance-drama que nos venden, pero que reduce en cierto modo el nivel del espectáculo audiovisual al mero suceso de hechos que aunque así debería ser, se extraña el juego de tonos fríos y cálidos de los personajes con la fotografía y el cuidado a las grandes tomas.

Puede resultar tremendamente entretenido para quien goce de minutos libres para la desconexión y se sumerja de lleno a un mundo donde los "pero" no tienen cabida, sin embargo, si este no es tu caso y te gusta analizar lo que ves, podés hacer dos cosas: Buscar otra serie -te ayudo en eso con mis reseñas- o sufrís neuróticamente preguntando a tu amigo o amiga "¿Por qué hacen esto?" en una serie donde el por qué no queda claro la mayor parte del tiempo en pos del espectáculo, que resulta con menos cosas positivas de las prometidas en su buen arranque.




Calificación: 5,6/10.
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sábado, 3 de noviembre de 2018

Maniac: un intenso recorrido por la mente (reseña sin spoilers)

Con actuaciones fenomenales, pero con menos grandes momentos de lo esperado, hace que Maniac lleve a cabo un profundo trabajo aunque no tan brillante como se esperaba.



Sinopsis: 

Owen (Hill) y Annie se suman a un experimento que se encuentra en su última prueba: Un experimento que busca erradicar los traumas o problemas psicológicos por medio de pastillas y un profundo estudio neurológico, aunque las crisis no solo provienen de los pacientes, sino de los mismos investigadores.

Ficha Técnica:

  • Género: Comedia dramática, Humor negro, Ciencia ficción.
  • Creador: Cary Fukunaga.
  • Guionista: Patrick Somerville.
  • Basado en: Maniac de Espen PA Lervaag, Håakon Bast Mossige, Kjetil Indregard & Ole Marius Araldsen.
  • País de origen: Estados Unidos.
  • Idioma: Inglés.

Reparto:

  • Emma Stone como Annie Landsberg.
  • Jonah Hill como Owen Milgrim.
  • Justin Theroux como el Dr. James K. Mantleray.
  • Sonoya Mizuno como la Dra. Azumi Fujita.
  • Gabriel Byrne como Porter Milgrim.
  • Sally Field como la Dra. Greta Mantleray.

Todos estamos locos, de alguna u otra forma. Si uno puede pensar en ello lo suficiente, la respuesta obtenida puede sorprender. De hecho, si uno piensa lo suficiente en cualquier cosa, llegará a un estado mental en donde la paranoia puede asomar en algún punto. En Maniac, tenemos el caso de cómo pensar puede llevarnos a situaciones que rara vez nos la planteamos con tanta seguridad.

Uno se qué que está ahí



Es algo que me dio y me da cada vez que pienso en la serie tan ambiciosa de Cary Fukunaga, quien no tuvo reparos en desechar una probablemente asfixiante sci-fi de aventuras por el subconsciente por un trabajo mucho más neuronal, interno y que para nada es fácil de procesar. 

Se siente como si uno tuviese un sueño raro al extremo, y al despertar no lo entiende y si no quiere hacerlo, no tendrá importancia -al menos eso creerá-, uno debe estar atento a los detalles y prestar mucha atención a lo que está viendo para captar los mensajes crípticos que de a ratos se lanzan y solo se explican más adelante, otra vez, con una narración a fuego lento que de seguirle el ritmo, nos introduce a este esquizofrénico viaje por la mente.

Una ambientación retrofuturista que ayuda a que perdamos más la noción de los eventos a medida que el proyecto nos interna cada vez más en las vida tan convencionales de los excelentes Jonah Hill y Emma Stone que gracias al trabajo de sus realizadores termina descifrando tantas fobias y complejos que nos lleva un poco a reflexionar un tanto sobre la cordura y su fragilidad.

Maravilloso viaje




Es cierto, se siente que la serie pudo haber llegado a puntos más emotivos o delirantes, pero los reemplaza con esta narración mucho más compleja, que no da cabida a un espectador casual. Tras un capítulo incomodísimo de ver, uno debe esperar al segundo capítulo si acepta la invitación al viaje, porque es acá donde uno comprende de que va la cosa. Entiende lo compleja que es la mente y sus implicaciones a futuro.

Si usted decidió seguir, entenderá que la puesta en escena no apunta a los sobresaltos, sino a la atención del espectador, un posible estado de vigilia sumada a una mente un tanto abierta para el afecto, para que los efectos visuales, las situaciones psicoanalíticas y pasajes internos consternantes dejen satisfecho al televidente que vino por un producto diferente, muy distinto a las propuestas populares de Netflix.

Stone y Hill logran que este viaje lleno de baches emocionales llegue con la profundidad necesaria. Emma, no solo en su rol de Annie sino en todos sus alter ego logra grandes matices y sentimientos es la que se lleva la estrella en las menciones, mientras que Hill logra que aquel cierto patetismo cómico que suele trasmitir en sus papeles revista una triste seriedad, capaz de hacernos creer que un hombre como él sufre tan dolorosamente.



El resto del reparto logra que la historia no decaiga cuando no se centra en los protagonistas, y hasta incluso llega a plantear más temas a la conversación: las relaciones familiares, amorosas, el fracaso e incluso el avance de la tecnología en la ciencia como un verdadero peligro para el hombre, todo en un formato que no abruma y es en estas partes donde un tono bien raro de humor negro aparece para darle más tonos a un trabajo muy completo.

Los confines de la mente


Es difícil saber hasta qué punto, como lo dice el buen Jonah siendo Owen, todo esto puede ser real. La verdad es que es difícil saberlo. El cerebro nos cuenta lo que queremos oír y Maniac no puede con semejante exigencia, capaz más de uno salga decepcionado por el enfoque "aletargado" de la serie, mientras que a otro le parecerá una obra maestra. Lo que podemos decir es que hay un trabajo de dirección magnífico donde Fukunaga nos ofrece lo que vemos, es porque exactamente lo quiso así, escudado por un guion competente de Patrick Somerville que no resulta menos enigmático en los temas importantes.

Yo me animo a decir que no sé hasta qué punto asimile toda la serie, puesto que al jugar con la percepción, algo se te puede escapar. No culpo a quien no soporte los viajes surrealistas o los episodios autoconclusivos en lugar de mantener el suspenso hasta el otro episodio, pero Maniac es producto sin fallas, al que, justamente, puede nuestra perspectiva -o quién sabe, la percepción- fallarle.


Calificación: 8,8/10.
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miércoles, 31 de octubre de 2018

¿Qué llega en noviembre a Netflix?

Por medio de su canal de Youtube, han adelantado todos los estrenos que tendrán para el penúltimo mes del año.

Sí, ya está terminando el año. Estamos a un paso de entrar al undécimo mes del año, algo que solo indica que se acercan las fiestas, la culminación de las clases... o, lo que realmente nos interesa, los estrenos que seguirán habiendo en nuestras carteleras. En este caso, Netflix nos hace la vida más sencilla al publicar en su canal de Youtube todo lo que se nos viene en este mes:



Si no es tu palo ver vídeos onda playground, te resumimos los estrenos más importantes:


  • 1 de noviembre: Marvel Agents of S.H.I.E.L.D. - Temporada 5 
  • 2 de noviembre: House of Cards - Temporada 6 (final)
  • 16 de noviembre: Narcos: Mexico
  • 30 de noviembre: Vikingos - Temporada 5  
En cuanto a estrenos de series y reality shows:

  • 9 de noviembre: The Sinner - Temporada 2 
  • 9 de noviembre: Westside
  • 9 de noviembre: La Reina del Flow - Temporada 1
  • 16 de noviembre: Vai Anitta!
  • 20 de noviembre: Todo el mundo a la mesa
En los estrenos de películas: 

  • 3 de noviembre: The Darkness 
  • 9 de noviembre: Legítimo Rey 
  • 17 de noviembre: Tortugas Ninjas 2: Fuera de las Sombras
  • 26 de noviembre: El Rascacielos (No es la de Dwayne Johnson)
Y como no podía ser de otra forma, Netflix se suma a la tendencias de los supermecados de darnos productos navideños antes de tiempo: 

  • 2 de noviembre: El Calendario de Navidad
  • 22 de noviembre: Crónicas de Navidad 
  • 30 de noviembre: Un Príncipe de Navidad: Boda Real
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domingo, 9 de septiembre de 2018

¿Qué hay en Netflix? The End of the F***ing World: Desencanto indie-juvenil que encanta.

Con unos protagonistas que hacen muy llevadera la interesante premisa y un desarrollo más que solvente, esta peculiar resulta un éxito.


Ficha Técnica

Dirección: Jonathan Entwistle, Lucy Tcherniak.
Guion: Charlie Covell.
Productor: Kate Ogborn.
Basado en: The End of the Fucking World de Charles S. Forsman.
Temporada: 1
Episodios: 8 (19-22 min.)
Creador: Jonathan Entwistle.

Reparto:

Alex Lawther como James, un chico que se define a sí mismo psicópata.​
Jessica Barden como Alyssa, rebelde e inconformista.
Gemma Whelan como DC Eunice Noon, compañera de policía de Donoghue.
Wunmi Mosaku como DC Teri Donoghue.
Steve Oram como Phil, el padre cariñoso de James.
Christine Bottomley como Gwen, la madre de Alyssa.

Sinopsis: 

La serie gira en torno a James, un inadaptado social que conoce a Alyssa, una muy agresiva chica olvidada por su madre y su padrasto. Ella decidirá escaparse y buscar a su padre, siendo acompañado por él, quien decide que Alyssa será la primera persona que asesine.




La adolescencia es un época muy difícil para la vida humana. El crecer se vuelve un serio problema mientras descubrimos que no todo es tan placentero como lo fue en la niñez. Ahora, sumale a eso una vida de m*erda, y el resultado es un total desencanto con la existencia humana. Esta interesante serie británica la enfoca desde una perspectiva que la hace fascinante.

La facilidad que poseen los británicos para hacer interesantes las cosas, a diferencia de la -lastimosamente- estridencia de los norteamericanos, hacen que esta idea -¿Qué es sentirse un bicho raro?- resulte, en vez de un verdadero hit de Billboard, un single de corte indie que más bien gana fans que números uno. Pese a que juega con la extravagancia de su premisa, no es ruidosa o abusa de sus recursos, sino resulta un trabajo bastante sobrio, pese a sus inevitables excesos.

A lo largo de sus ocho episodios, que a mi entender le quedan grande, cuenta la historia de dos jóvenes sin ningún tipo de rumbo, que lo buscan. Ahora, el bueno de James se suma sin mucha convicción a este viaje, por la idea de matarla, mientras ella busca a su padre. Una historia simple cubierta por este manto bizarro que la hace mucho más llevadera.




Podría parecer que es una serie de "únicos y diferentes" por lo que voy diciendo, solo que no busco caer en spoilers. Pero justo es decir que se tratan de personas realmente atormentadas, pese a su corta edad. Una vida breve, aunque de bastante bajones los lleva a una excéntrica búsqueda de sus verdaderas identidades que, al menos, al final la hayan, no sin tener problemas en el proceso.

Tanto Alex Lawther como Jessica Bardem realizan grandes interpretaciones. El silencioso James era un desafío mayor, aunque logra darnos un personaje discreto en accionar, pero no aburrido; por el otro lado, Bardem nos da una niña repelente, que con el pasar de los episodios va comprendiendo mejor su propia hostilidad. Es decir, el viaje ayuda a ver una evolución de los personajes que es lo esperado ¿no? 

La dirección a cargo de  Jonathan Entwistle y Lucy Tcherniak, no resulta precisamente brillante o innovadora, pero sí cumple su propósito de darle un aire distinto a la serie, para que, sin comprarte totalmente con los primeros eventos, te de la motivación, gracias a su vistosa presentación, de quedarte a verla hasta el final.



Creo que el tono de comedia prácticamente es nulo, y debe ser un drama trágico con tintes cómicos, ya que la pareja policial ofrece un poco de esto último, pero no parece demasiado para llamarlo así. Eso sí, ayuda a que la breve historia tenga un poco más y no caigamos en un ritmo lento, pero sin ofrecer mucho más.

Como dije, no parece que dé para casi tres horas de metraje. En formato largometraje tal vez se hubiese explotado mejor sus puntos a favor, pero quedan diluidos en buenos momentos en buenos capítulos, sin que sea el mejor espectáculo jamás visto. The End of the F***ing World resulta tener lo necesario para que veas la serie hasta el final, lo cual podemos traducir en una buena premisa y presentación. De allí, un manejo muy bueno de las actuaciones y el guion hacen que la serie haya tenido el éxito que posee. Roguemos que mantengan el nivel en la segunda temporada.

Calificación: 7,9/10.
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domingo, 2 de septiembre de 2018

¿Qué hay en Netflix? Riverdale: Drama juvenil con "de todo un poco" (Sin Spoilers)


Este drama de enfoque adolescente, con varios tonos entre lo oscuro y lo cliché, tiene una pizca de cada estilo y es una serie "apta para todo público".



Sinopsis: 

El pequeño pueblo de Riverdale fue agitado por el terrible accidente que le costó la vida a Jason Blossom, hijo de la familia más poderosa de la ciudad. Mientras que otra familia poderosa venida a menos por escándalos financieros, los Lodge, vienen a esta localidad. Un grupo de amigos, encabezado por Archie Andrews, el chico estrella de la preparatoria Riverdale, empiezan a encontrar hechos que no esclarecen lo que sucedió con Jason, que oculta más misterios de lo que aparentemente había.

  • K. J. Apa como Archie Andrews. 
  • Lili Reinhart com Elizabeth "Betty" Cooper.
  • Camila Mendes como Veronica Lodge.
  • Cole Sprouse como Forsythe "Jughead" Jones III.
  • Madelaine Petsch como Cheryl Blossom.


Se dice que "Nunca llueve a gusto de todos". Un dicho más que universal. Aunque en pocas ocasiones, nos logramos poner de acuerdo, en cosas que, al fin y al cabo, nos conforme. Como es de esperar, este acuerdo es más fácil en cosas pequeñas, y en esas puede entrar una serie como RiverdaleLa historia adaptada de los cómics Archie, hogar de Sabrina, la bruja adolescente, nos transporta a la enigmática Riverdale que logra entretener y llevarnos a buenos momentos.

Los misterios del "todo está bien" 


La gran fortuna que la serie no solo se llama así por su ciudad aleatoria -como que Los Simpson se llame Springfield-, sino que esta aporte algo sustancial a la historia y es una premisa recordable (en parte, a la constante repetición del narrador; un acertado Cole Sprouse): Una ciudad cambiada por un misterioso asesinato. Como es de esperarse, no es un cambio tal cual, es más bien un destape de toda la podredumbre que poseía Riverdale.

Con un interesante enfoque sobre aquel pueblo, la serie va oscilando entre un drama marcado, el de crimen y misterio, y una reinvención de clichés de preparatoria yankee que ofrecen un contrapeso entre ellas. El tono varía y esto que la serie sea mucho más llevadera que una monotonía de misterio o de "problemas adolescentes".

El pueblo resulta una ambientación tenebrosa. Un gran diseño de producción que realmente nos hace respirar el aire lúgubre de la localidad. Si a esto la sumamos los tonos fríos y oscuros, tenemos un delirio para los fans de Crepúsculo y que desee sentir algo "diferente" en los adolescentes.


Dramas y dramillas.




Para mí fue algo negativo, pero puede que para vos, espectador, puede que no. La verdad que existe una necesidad casi enfermiza de dramatizar varias cuestiones, sobre todo las intervenciones de la familia Blossom, que parecen salidos de una novela de Televisa. Por el lado de los Cooper, existe una enorme coincidencia entre la madre y Gabriela León -periodista y maníaca-, aunque como dije, se puede tratar de una magia que no comprendo.

Si hablamos ya de cuestiones menos dramatizadas, la historia de Jughead, pese a ser muy densa, es llevada con mayor contacto con la realidad. Además, los típicos clichés de la vida norteamericana en secundaria son llevadas a una esfera un poco más cruel. No se limita a una simple repetición, van a puntos donde se roza lo siniestro y por supuesto eso es bienvenido.



Si contamos la cantidad de líos que se crean en su primera temporada, no terminaríamos, pero hay que decir que de la mayoría salen bien parados, sin crear recursos sorpresivos o demasiado descabellados. El desenvolvimiento, no es forzado, casi nunca, esto debido a unas actuaciones muy convincentes, donde KJ Apa, Lily Reinhart y Camila Mendes nos dan un viaje bastante interesante por los distintos avatares de sus vidas. 

Riverdale es una serie que propone varias fórmulas que pueden resultar bien: Un misterio en un pequeño pueblo, la vida adolescente antes de la universidad o bien, un melodrama de parejas. El acierto es que al juntarlas, en mayor medida, produce una serie interesante, con buen contenido, pero que aún puede mejorar.


Calificación 1º temporada: 7,7/10.
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jueves, 30 de agosto de 2018

¿Qué hay en Netflix? The Good Place: Donde la filosofía y el humor dan una gran serie (sin spoilers)

Con una premisa tan surreal como ilimitada en posibilidades, y potenciada por un elenco lleno de gracia, hacen de The Good Place una comedia memorable.



Sinopsis:

La serie se centra en Eleanor Shellstrop (Kristen Bell), una joven recién fallecida que se despierta en la otra vida y es enviada por Michael (Ted Danson) al "Lado bueno", una utopía parecida al cielo que él mismo diseñó en recompensa a una vida terrenal justa. Sin embargo, rápidamente se da cuenta de que fue enviada allí por error, y debe ocultar su comportamiento moralmente imperfecto y tratar de convertirse en una mejor persona.

 Reparto:

  •  Kristen Bell como Eleanor Shellstrop. 
  • Ted Danson como Michael.
  • William Jackson harper como Chidi Anagonye.
  • Jameela Jamil como Tahani Al-Jamil.
  • Manny Jacynto como Jason Mendoza.


Cuando se ama la comedia, se abraza cada gran acierto en cuanto a reinvención de fórmulas, escapando un poco de la comedia de situación -la llamada Sitcom- que coloca a un grupo de amigos en desopilantes aventuras y se empieza a apostar ideas frescas que al menos, aporten algo nuevo, The Good Place, lo hace asombrosamente.

Aunque posea una trama que en realidad parece muy complicada, lo cierto es que es una sitcom, al fin y al cabo, y lo priorozado es el humor, por tanto la historia no va más allá de lo necesario en cada episodio y al principio, no hay nada realmente "profundo" que nos haga ver una comedia "sin gracia".

Y es ahí donde vemos la verdadera virtud de esta serie. Es capaz de jugar con cuestiones ¡filosóficas! sin caer en chistes que solo los lincenciados entiendan. Al contrario, lo lleva a la esfera de la comedia, súper entendible y a la vez, es realmente interesante ver cómo Michael Schur -creador de la serie- se las ingenió para hacer algo tan ocurrente como repleto de contenido.

Talento y diversidad



Se habla bastante hoy día de la diversidad -más bien, de su ausencia- en Hollywood. Entonces, se han ingeniado para que en esta serie sea protagonizada por distintas nacionalidades. Africanos, americanos, arabes y asiáticos -que no les extrañe que un filipino se apellide Mendoza, este país fue colonia Ibérica- son representados por los protagonistas, qursu presencia no puede ser solo defendida por su tez, sino por su tremendo talento.

En primer lugar, Kristen Bell lleva de maravillas el protagónico -justo, la rubia americana- aportando la "indecencia" -por tratarse esto del cielo, claro- cómica, seguido por unas interpretaciones sólidas y simpáticas del resto del elenco, donde luego será el alma de la fiesta. Aunque la palma, no sin pelea de por medio, se la lleva Ted Manson, quien desde su rol derrocha calidad y risas en su peculiar rol y sus aún más extraños ademanes que, recuerdan de forma muy llamativa al duodécimo Doctor, Peter Capaldi. Aunque ese es otro tema.

El paraíso del argumento



Y cuando parecía que la fórmula, pese a ser innovadora, no sería demasiado arriesgada, el último -y mejor- capítulo de la primera temporada, La Maniobra de Michael, la serie se tuerce malévolamente y es ahí donde uno ruega por la tercera temporada. La segunda temporada propone incluso momentos de alta tensión y de un humor aún más refinado que el visto en el estreno. El Buen Lugar, se vuelve mejor.

Sin ir a los spoilers, se puede decir que otro punto a favor es su brevedad. La serie no se preocupa en "rellenar" con episodios extras  de chistes gratuitos y dilatar un guion fríamente calculado. La intención es clara: Entretener al puro estilo humorístico, pero ir proponiendo una trama cada vez más interesante, que a decir verdad, toca el cielo con su final de temporada y nos hace preguntar -curiosamente, lo mismo que a todos cuando nos preguntamos sobre la muerte- ¿Qué sigue? 

En resumidas cuentas, The Good Place es un espectáculo sin igual. Repleto de momentos no solo cómicos, sino realmente existenciales -irrepetible cuando Michael, un ser eterno, descubre la muerte- que nos da una sitcom con la adicción que generan los mejores dramas, porque The Good Place es el lugar donde "Todo está bien".

Calificación:
  •  1º temporada: 8,6/10.
  • 2º temporada: 10/10.
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sábado, 25 de agosto de 2018

¿Qué hay en Netflix? (Estreno) Gul: Un espectacular trabajo de terror y crítica indio


Sintetizando toda una distopia y una amenaza aterradora en solo 3 episodios, Gul es una serie que maneja muy bien el suspenso, sus críticas y nos ofrece una historia antológica.

Si uno ve en los créditos a un tal Jason Blum, debe temer. No por su nombre que no representa ningún miedo, sino lo que este produce. 12 ¿Horas para sobrevivir, la noche del diablo o la oscarizada Déjame Salir -Huye, Get Out, como quieran llamarlo- son algunos de los títulos de este hombre que sabe bien qué es el terror y el suspenso, al igual que su mítica productora Blumhouse, el sello del terror en el nuevo milenio, y como no podría ser de otra forma, produce una serie que respeta cada precepto de este género tan popular. Gul, es una demostración de todo lo que está bien hacer en una producción que genere malos ratos.



Un futuro probable triste.

El aplauso que merece la producción es crear una capacidad de síntesis tal que uno, literalmente, no puede perderse nada. Esto se debe por supuesto por su trío de episodios de menos de 50 minutos, que hacen que no haya distracciones casi, aunque no es menos notorio su habilidad de que cada escena aporta a la trama y como esto construye perfectamente la atmósfera -desagradable- en la que viven los personajes.

El terror no se haya aquí, pero sí resulta inquietante y, sobre todo, muy probable la casi distopía la que se vive en esta versión. La India, como probablemente todo el mundo, sumida en una consternante crisis terrorista que lleva a la paranoia y a la reflexión, por supuesto que en dosis suficiente para que este no sea el punto principal de la narración.

Es decir, el mundo lucha contra el radicalismo religioso, y va perdiendo. Jugar con esa posibilidad, sumándole las profesiones religiones en un ámbito que es compatible con la criminalidad, en tiempos tan convulsos con respecto al islám o fundamentalistas de cualquier credo, da a la serie un atractivo que, pase lo que pase, no se pierde ni nos desanima con lo que se viene después. Además, resulta interesante como esta va girando lentamente y nos señala la falta tolerancia como el principal problema del conflicto, aunque, en la vida real, esta casus belli sea muy común, para todo


Cátedras de terror.



No voy a caer en el absurdo de llamarla la mejor serie de terror de la historia, pero es justo decir que es casi académico en el uso de sus elementos. Dicho en términos más fáciles, la película no te mata de un susto, pero crea una atmósfera de constante angustia y preocupación que es, lo que debe generar un producto de terror, apenas empieza.

Pero el mundo de acontecimientos que se van sucediendo sin compasión -gracias a una fluidez casi de reloj-, la tensión aumenta desde el segundo episodio y la media hora final de la serie es un recorrido de pequeños momentos de impacto y vértigo que en vez de aterrarnos en el sentido de cerrar los ojos, nos empuja a seguir atentos la acción.



La construcción de cada momento de la temible criatura son tremendos. Creando escenas o secuencias que juegan con la ansiedad, dan en el clavo para asestarnos el golpe, aunque el más habituado al grito fácil -esta técnica tan tediosa de subirle el volumen de improviso al demonio, bruja, etc- les resultará tremendamente obvio, pero uno si se mete en el ritmo que propone el director,  un Patrick Graham en estado de gracia, quedará plenamente satisfecho.

Una serie que, en gran parte, se debe a su corta duración para generar tal impacto. Podría haber sido tranquilamente una película, pero la tendencia negativa de Netflix con los largometrajes pudo haber pesado bastante en esta decisión de formato. 

Sin dudas, Gul es una serie que no tiene peros. Es concisa, si no va al susto de una es por su hermosa construcción que lo hace un paseo interminable por un pasillo del terror, que no puede estar hecho de mejor manera. Una dirección de primer nivel que no puede ser reparada y no ser disfrutada.

Calificación: 10/10.
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jueves, 23 de agosto de 2018

¿Qué hay en Netflix? La Casa de las Flores: Una serie transgresora y brillante, como nuestros tiempos





Con una habilidad para el asombro innegable, Manolo Caro nos introduce hasta el último detalle en la familia De La Mora en una serie brutalmente honesta y de altas cuotas de calidad.




Los tiempos están cambiando. Y pese a quien le pese, los valores también. De negarnos a pensar que la tierra puede ser redonda a aceptar la Unión civil igualitaria, o tomar como una realidad las múltiples orientaciones sexuales que descubre el hombre. La realidad del mundo que enfrentamos es una donde, tarde o temprano, estos cambios se insertan y con el tiempo se toleran... o no, según el caso.

La Casa de las Flores, una especie de grito libertario para la comunidad LGBTIQ+, viene a ser la representación más clara posible de cómo es introducir esta nueva visión del mundo en una sociedad aún demasiado cerrada. Aunque claro, decir esto suena a contar toda la historia, pero está muy lejos de ser así.

Polémica + Talento




Manolo Caro, que no solo creó tan intricado choque de perspectivas, nos regala una serie que realmente se agradece encontrar en una plataforma como Netflix. No es solo una simple serie rebelde sin discurso "políticamente correcto", sino que busca que este sea tomado también como normal. Con el papel de Virginia -una espectacular Verónica Castro que regresa por todo lo alto- podemos sentir cómo se sacude el mundo conservador y se va acostumbrando a los nuevos tiempos de su familia. Al igual que sus protagonistas, estos polemizan con valores a medidas que se sinceran con ellos mismos

Decir que solo es una serie inclusiva es también caer en un error. Por medio de su excesiva pulcritud y manipulación, Virginia ha creado una familia que a la vista del todo el mundo es perfecta, pero que ante el primer suceso que escapa a su radar "anti qué dirán" la familia empieza una espiral tan abrumadoramente negativa que uno podría tacharlo de decadencia, cuando es exactamente lo contrario.


La serie nos cuenta una decadencia, en efecto, pero más bien de lo tradicional. La narración se va centrando en cómo cada miembro de la familia De La Mora pierde de una vez los conflictos internos y los prejuicios para adoptar medidas cada vez más deleznables para el público más conservador. La vecina Carmela, es el claro ejemplo de la persona a quien uno ruega que no se entere de sus secretos; es quien usa el chisme y el pudor para alimentar una vida vacía -en este caso, un matrimonio que no genera más que soledad- y que a su vez, solo propicia más actitudes reprochables.

En la sutil ubicación de una exquisita y sobria florería, las flores que brotan de ella no serían del agrado de sus selectos compradores.

Una dura transición



En La Casa de las Flores todo es relativo. En principio, la temática es cómo uno inserta su verdadero yo en la sociedad sin salir gravemente herido en el intento, pero luego va hacia un punto más específico ¿Cómo es aceptarlo, llevarlo a la cotidianeidad? Una parte del discurso que queda inconclusa tras el abrupto pero genial desenlace de la primera temporada. Según el director, lo haría apenas pudiera, así que no dudemos en que se hará ante la abultada demanda de seguirla que actualmente se tiene.

Las distintas subtramas que tiene la producción, igual de cuidadas y bien llevadas, nos llevan a esta difícil realidad que pueden llevar las personas reprimidas, peor si tomamos en cuenta el estatus de la familia. En la sutil ubicación de una exquisita y sobria floreria, las flores que brotan de ella no serían del agrado de sus selectos compradores, pero eso no permite que se cuide a toda costa la imagen de la familia y la costosa reputación que no pueden permitir derrumbarse por pequeños "desvíos".

En los primeros dos episodios ya uno se topa ante un producto sin igual. Casi eliminando los planos medio, los primeros o las tomas estándares de siempre, juega un poco más con la perspectiva y los fondos y nos brinda una serie igual de transgresora en el apartado visual, con una fotografía que en su vivacidad nos va ofreciendo lo contrario a las penurias que pasan nuestros protagonistas en su nueva realidad.

Innovadora, como pocas


Tampoco no se convierte esto en un circo de discursos ideologizantes. Al contrario, la serie apuesta por presentar algo impactante, para pronto ofrecerlo como una realidad más que, lejos de ser mala, solo pasa por un proceso de acostumbramiento, del que tarde o temprano se pasa a la aceptación, porque en al menos este caso, la familia es ante todo, incluso cuando la moral se vea destruida por los propios conceptos que tengan ellos de felicidad.

Que de a momentos uno ya sospeche un cierto aire de exageración, me alejan solo un poco del puntaje perfecto, aún así La Casa de las Flores es una joya dentro del catálogo de la N roja. Innovadora en temática y presentación, con un elenco de talento puro y un trabajo impecable desde lo visual, hacen que esta serie sea imperdible.



Calificación: 9,5/10.

Definida en una palabra: Brillante.
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¿Qué hay en Netflix?: Luis Miguel, un placer latino y culpable (o no) que engancha de una.


Aviso: 

Con esta entrada damos oficialmente inaugurada la sección ¿Qué hay en Netflix? donde ayudaremos a los indecisos que vean -o no- una serie por horas o disfruten -o eviten- un película en su plataforma streaming favorita. Ahora, a la reseña.

Aunque apueste a lo fácil y a ratos conquetee con un formato de telenovela, Luis Miguel: La Serie te engancha a la primera con un carismático Diego Boneta que se luce como el sol y la narración de la vida de la más grande estrella que vio México últimamente.

En Latinoamérica, no nos podemos dar el lujo de hablar de estrellas mundiales, pero sí de artistas que no dejan indiferente a ningún hispanoparlante, y en ese nivel de impacto -no solo, nuevamente, por su talento innato- es "El Sol de México", Luis Miguel. El hombre y niño sobre el que se centra la serie que, más allá de lo que se pueda decir, es una garantía de entretenimiento y obligación de cualquier fan de "Micky" verla sin parpadear.


Si aún no lo viste...



El mal momento que pasa el cantante no puede ser más oportuno para la llegada de esta serie en la que, más allá del nivel de dramatización que no podremos nunca delimitar, uno puede deducir cómo ha caído una estrella prometedora en una espiral continúa de desaciertos y polémicas que han manchado su estatus y opacado su brillo. Eso sí, el propio Luismi ha admitido una exageración en algunos hechos y, por supuesto, unas licencias creativas que solo generan malos ratos a los Micky adulto, niño y adolescente y que dejan en el aire una segunda temporada debido al malestar del biografiado.

Pero solo podría un enojo del Sol lo que evite otra tanda de episodios, porque el éxito fue tremendo y, ya hablando directamente de la serie, es una auténtica gozada maratoneable.

El show, ante todo



La narración va entretejiendo la vida de Luis Miguel ya en una posición considerable de popularidad y los flashbacks que nos llevan al inicio del prometedor talento e hijo de Luis Rey y Marcela. La realidad es cómo el pequeño Micky es apaleado por su padre -un impecable Óscar Janeada, que de verdad hace que todos odiemos al verdadero Luisito Rey- que mientras lo cimienta como una celebridad, lo explota de una forma cruel.

Tal vez el principal gancho de la serie es conocer a fondo la vida de un cantante que ha marcado época en la música latina, siendo atractivo -solo- para un público americano. La otra razón, que es más mérito para los realizadores, es cómo se ha narrado la historia. No hay excesivas complicaciones, se limita a contarlo de la manera más simple posible para no distraernos de los hechos narrados en pantalla.

Si bien, el tratamiento del drama llega a puntos telenovelescos (¿será por su emisión en simultáneo con Telemundo?), esto no pasa muy a menudo, por lo que la mezcla entre serie y culebrón resulta ser bastante agradable para los amantes de uno u otro formato. Llega al punto medio en cuanto a trama, y en personajes llega a otros niveles como la construcción de un villano tan despreciable como Luisito Rey, o su contraparte, la cariñosa madre, Marcela, una Anna Favella que nos da un gran papel de buena madre y total contraposición al, por momentos, exageradamente despiadado padre, cuyo aporte a la serie está tanto en presencia como en ausencia.



Hablando de los Mickys de la serie, todos cumplen con la difícil de labor de compadecernos con el ser humano que va cambiando acorde a las vicisitudes que atraviesa en su camino al estrellato. Es de decir, sin embargo, que quien se lleva los aplausos es Diego Boneta, en una interpretación sobria y que al igual que toda la serie, nos divierte o emociona en dosis leves, sin aportar algo que no sea necesario.

No todo es perfecto 

Si hablamos de algún pero, es necesario decir que la extrema airosidad con la que sale Luis Miguel de todos sus traumas, sin parecer que nunca tiene la culpa de nada, le da un aire de santidad que sabemos bien que no posee. De a momentos, la serie toma un inexplicable formato episódico -ejemplo, hoy se tratará "la responsabilidad"- que no es realmente necesario. Aunque puede tener trabas, no son de excesiva preocupación. Además, si lo quieren usar de entretenimiento, observen con cuidado el playback y su notoriedad en los Luis Miguel -sobre todo el niño que interpreta Izan Llunas- que se hace un poco difícil de creer. 

En definitiva, la serie de Luis Miguel es sobria artísticamente, y el peso del interés cae en la historia y sus actores, quienes no fallan y hacen que sea mortalmente atrayente y un verdadero disfrute de quien quiera sentir algo latino en Netflix.



Calificación: 7,6/10.
Definida en una palabra: Atrapante.
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